Los objetivos centrales de la nueva campaña estadounidense están dirigidos a romper las relaciones diplomáticas entre Cuba y Ucrania, y a fortalecer los lazos con la ultraderecha del Viejo Continente
Una delegación de la llamada Asamblea de la Resistencia Cubana y del titulado Frente Hemisférico por la Libertad a Ucrania realizó recientemente, desde Kiev, un llamamiento a los «soldados cubanos», para que se pongan del lado del «pueblo ucraniano».
La fake news de que tropas de nuestro país participan en acciones de combate del lado ruso, bien aderezada con melodramáticas puestas en escena, acapara titulares de los principales medios contrarrevolucionarios.
Si existiera en el mundo un premio que galardonara la impostura, debiera otorgarse, por la obra de la vida, a Orlando Gutiérrez Boronat, cabeza de la comitiva y vocero de semejante superchería.
Es provechoso recordar quién es el preocupado adalid del «pueblo ucraniano»: Gutiérrez Boronat es el líder del denominado Directorio Democrático Cubano, una entre tantas organizaciones anticubanas financiadas por EE. UU.
También ha militado en las organizaciones terroristas Abdala, Frente de Liberación Nacional Cubano, Organización para la Liberación de Cuba y Jóvenes de la Estrella, esta última autora de la colocación de decenas de bombas en Miami.
Asimismo, está vinculado con los servicios de inteligencia estadounidenses, y coordina el Frente Hemisférico por la Libertad, una combinación de ultraderecha internacional que se opone a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Boronat es un fervoroso defensor del bloqueo contra la Isla, y en más de una ocasión ha solicitado una intervención militar directa en la Mayor de las Antillas.
Entre sus «meritorias y pacíficas hazañas» está el haber sido responsable del asalto que realizó, hace unos años, un grupo de encapuchados a las oficinas de Prensa Latina en la ciudad de México.
Sin embargo, si buscamos en su largo expediente anticubano, encontraremos muchas más cosas «interesantes» que demuestran la estatura criminal de esa persona.
En mayo de 2002, el entonces subsecretario de Estado, John Bolton, realizó el discurso Más allá del eje del mal: amenazas adicionales de las armas de destrucción masiva. Entonces, al llamado «eje del mal», compuesto, según ellos, por Irak, Irán y la República Popular Democrática de Corea, adicionó a Libia, Siria y Cuba.
Eso sirvió al Gobierno de George W. Bush, y a las posteriores administraciones, para fabricar, de manera falaz, una relación simbólica entre el terrorismo y Cuba, que ha sido base para la inclusión del archipiélago en la lista de países que lo patrocinan.
Las líneas fundamentales de aquel discurso se fundamentaron en el Informe especial sobre Cuba y la coalición del terror, publicado el 19 de septiembre de 2001, una semana después del derribo del World Trade Center.
Así se pretendió vincularnos con los sucesos violentos del 11 de septiembre, al sugerir la existencia de nexos entre Osama bin Laden, el líder de Al-Qaeda, e Irán, la República Popular Democrática de Corea, Siria y Cuba.
El autor de tan peligroso desatino fue Orlando Gutiérrez Boronat; el texto, al menos, lleva su firma. Tales alegaciones ponían en un serio riesgo al pueblo cubano, en momentos en que se desataba el infierno de la guerra en varios «oscuros rincones del planeta».
¿Qué busca en Ucrania tan «destacado» personero de la ultraderecha?
El guion no tiene nada de complejo. Los objetivos centrales de la nueva campaña estadounidense están dirigidos a romper las relaciones diplomáticas entre Cuba y Ucrania, fortalecer los lazos con la ultraderecha del Viejo Continente, y dinamitar el acuerdo político y de cooperación entre la Isla y la Unión Europea, uno de los principales socios financieros de la Mayor de las Antillas.
Además, y no menos importante, persigue lanzar una ofensiva diplomática contra Cuba y Rusia en la onu, como parte de las acciones que preparan contra la asistencia del Presidente cubano a Nueva York.
Quieren impedir que la voz de nuestra nación sea escuchada, para evitar la cooperación sur-sur, y entorpecer el camino a un mundo multipolar; por lo que les preocupa sobremanera la Cumbre del G77 y China, que se celebrará en La Habana este mes, con la presencia incluso del Secretario General de la ONU.
En fin, había que enviar de gira a su «operador estrella», en un tour financiado por el Departamento de Estado. Nadie como él para actuar ante las cámaras y contar historias descabelladas y falaces, sin el más mínimo sonrojo, contra la tierra que le vio nacer.
Fuente: Granma