La agencia espacial estadunidense NASA difundió una imagen que muestra, en diferentes tonalidades, la afectación de la ola de calor que ha causado la peor temporada de incendios en Europa, el norte de África, Oriente Medio y casi toda Asia.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), publicó un mapa en el que se muestran las altas temperaturas del aire en gran parte del hemisferio oriental del 13 de julio. Esto a parte la combinación de observaciones con una versión del modelo global del Sistema de Observación de la Tierra Goddard (GEOS, por sus siglas en inglés).
La ola de calor está afectando gravemente diversas partes del mundo, principalmente a Europa, el norte de África, el Medio Oriente y Asia; en donde las temperaturas han pasado los 40 grados Celsius en varios lugares.
En el mapa hay un patrón evidente de una «onda atmosférica» con valores alternos cálidos (más rojos) y fríos (más azules) en diferentes lugares, esta gran área de calor extremo es otro indicador claro de que las emisiones de gases de efecto invernadero, son las causantes de la crisis climática ocasionada por la actividad industrial capitalista.
Tal calor extremo tiene impactos directos en la salud humana, así como otras consecuencias, incluidos estos incendios que están ocurriendo ahora en Europa y África, y que han estado descontrolados durante los últimos años en América del Norte, así como la aceleración de la degradación de ecosistemas.
Europa occidental registra récords de temperatura desde hace varios días. Gran Bretaña superó por primera vez los 40 °C. Portugal se acercó esta semana al récord europeo de 48.8°C, registrado en la isla italiana de Sicilia el año pasado.
En el caso de África, el país más afectado ha sido Túnez ya que debido a las altas temperaturas se iniciaron incendios que terminaron por dañar la cosecha de cereales, al igual, el 13 de julio el país rompió el récord de la temperatura más alta en la región, después de 40 años, alcanzando los 48 grados Celsius.
En Asia, Irán a finales de junio el país logró alcanzar una abrasadora marca de 52 grados Celsius. Por último, en China el calor ha logrado arquear carreteras, derretir el alquitrán y reventar los tejados, mientras que el 13 de julio la alta humedad y los elevados puntos de condensación, junto con temperaturas cálidas durante la noche, crearon condiciones potencialmente mortales.
Esta oleada de calor que afecta Europa es parte de los efectos de una crisis climática que se ha impuesto a pesar de los discursos negacionistas. La expansión de fenómenos naturales extremos por todo el globo ha dejado tras de sí pérdidas humanas y destrucción ambiental.
Mientras los gobiernos culpan al clima, siguen aprobando medidas que aceleran el calentamiento global. El retorno a combustibles fósiles contaminantes para alimentar la industria energética es una muestra de cómo en estas decisiones lo que prima no son las vidas de millones de trabajadores y sus familias, sino los intereses de las empresas y políticas de ajuste al gasto público que, por ejemplo, desfinancian programas de protección del medio ambiente o mitigación de siniestros.
Fuente: Resumen Latinoamericano