domingo, diciembre 8, 2024
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El imperialismo anglosajón, la OTAN y el fascismo, caras de la misma moneda. Por Ángeles Maestro

Primera parte

1. El objetivo central del blanqueamiento de la OTAN: la equiparacíón del fascismo con el comunismo.

Uno de los logros más importantes de la ofensiva ideológica llevada a cabo por el imperialismo tras la II Guerra Mundial es haber conseguido instalar en el imaginario colectivo que el nazismo había sido liquidado con el III Reich, y que EE.UU y Gran Bretaña, como potencias vencedoras del mismo, nada tenían que ver con el fascismo.

Su aparato de propaganda y de cooptación y soborno de intelectuales – magistralmente caracterizado por Frances Stonor Saunders1, reforzó la salvaje persecución de artistas y escritores de la época MCCarthy y la condena al ostracismo de quienes no se sometieron a sus esignios.

El imperialismo anglosajón – seguido de cerca por sus alumnos adelantados de Europa occidental y de “sus hijos de puta”1, dictadores de toda calaña impuestos por “occidente” manu militari  en centenares de golpes de Estado en numerosos países – logró mediante el anticomunismo más feroz, imponer tres objetivos interrelacionados: denigrar a la URSS, borrar su papel decisivo y el de la resistencia antifascista en la victoria contra el nazismo  y hacer aparecer a EE.UU como la potencia que salvó a Europa del fascismo. 

De ahí, a la reciente Resolución del Parlamento Europeo equiparando en fascismo y el comunismo1, había sólo un paso. La Resolución aprobada el 19 de septiembre de 2019, cuando los tambores de guerra de la OTAN contra Rusia sonaban ya con fuerza, utiliza el fascismo como pretexto, para cargar sus tintas decididamente contra el comunismo. Dice textualmente: “Mientras que los crímenes del régimen nazi fueron evaluados y castigados gracias a los Juicios de Nüremberg, sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras [de otras dictaduras fascistas no dice nada], evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”. Así mismo, “Muestra su profunda preocupación por los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos”. Se pasa por alto hechos tan incontrovertibles como que la URSS perdió mas de 27 millones de habitantes, más del 10% de su población en la época, en la lucha contra la agresión nazi o que fue la URSS en solitario la que aniquiló el 70% de la maquinaria de guerra de Hitler.

Una de las bases argumentales de la Resolución del Parlamento Europeo es la firma del Pacto Molotov-Ribbentrov en mayo de 1939, suscrito entre la URSS y la Alemania nazi, como precedente inmediato del comienzo de la II Guerra Mundial. Esta afirmación se desmorona si se tienen en cuenta los numerosos pactos anteriores suscritos por potencias europeas con la Alemania fascista tales como los que ha reunido el académico australiano Tim Anderson en su arículo “La historia fascista de la OTAN”1 y que reproduzco a continuación: 

  • 1933. Concordato con el Vaticano. Reconocimiento mutuo y no ingerencia 

A todos ello hay que añadir el Pacto de No Intervención, promovido por Francia e Inglaterra, al que se adhirieron 27 estados europeos, por el que se acordaba prohibir cualquier tipo de ayuda al gobierno legítimo de la República española, amenazada por un golpe de Estado fascista, apoyado decididamente, con todo tipo de ayudada armamentística e intervención militar directa por parte de los regímenes fascistas de Italia, Alemania y Portugal. En concreto se establecia: abstenerse rigurosamente de toda injerencia, directa o indirecta, en los asuntos internos de ese país«, al tiempo que se prohibía «la exportación… reexportación y el tránsito a España, posesiones españolas o zona española de Marruecos, de toda clase de armas, municiones y material de guerra«. Mientras los pueblos del Estado español se desangraban por la falta de armas, las fronteras terrestres y marítimas fueron selladas y el apoyo militar de la URSS, único país del que recibía ayuda militar, tenía grandes dificultades para llegar.

Ese infame Pacto contribuyó decisivamente a la vicoria del régimen fascista y al aniquilamiento de la República española. Poco después de terminar la guerra, en 1939, Francia y Alemania reconocieron la dictadura del General Franco. En 1953 lo harían el Vaticano y EE.UU, dando lugar al establecimiento de sus bases militares en España.

Nada de ello se recoge en la Resolución del Parlamento Europeo, que pasará a la historia como un destacado exponente de manipulación al servico de una mal disimulada connivencia con el fascismo, como se verá a continuación y que está teniendo su expresión más clara con el apoyo manifiesto de la UE al régimen nazi de Ucrania.

No voy a entrar a analizar la “distorsión de los hechos históricos” sobre la época de Stalin, mostrada magistralmente, entre otros, por Jean Salem2 y Domenico Losurdo3, ni la aniquilación del derecho a la información llevado a cabo por la “Europa democrática” bloqueando el acceso a medios rusos y censurando publicaciones que contradigan el discurso imperialista. A este respecto, hay que señalar que se están utilizando los mismos mecanismos de censura y denigración del discrepante que se pusieron en marcha contra quienes contradijeran la versión “oficial” de la pandemia Covid4

El objetivo de este artículo es mostrar la continuidad histórica entre el imperialismo anglosajón, con la UE como obediente lacayo, y el fascismo, desde los estertores de la II Guerra Mundial, y que ahora se reproducen en todo su esplendor en Ucrania.

2. La colaboración directa de empresas de EE.UU con la Alemania fascista.

A pesar de la entrada de EE.UU en guerra contra Alemania en diciembre de 1941, tras el ataque a Pearl Harbor, las grandes petroleras estadounidenses, sobre todo la US Standard Oil Company, propiedad de la familia Rockefeller,  suministraron al Estado nazi cantidades ingentes de petróleo, sin las cuales hubiera sido imposible el ataque a la URSS. De hecho la importacion alemana de productos petrolíferos procedentes de EE.UU aumentó desde un 44% en julio de 1941 (la operación Barbarroja contra la URSS se inició en junio de 1941), a no menos del 94% en septiembrede ese mismo año5 .

La colaboración entre el régimen nazi y la muntinacional estadonidense IBM se inició desde la llegada al poder de Hitler en 1933, se mantuvo hasta mayo de 1945 y aportó la base tecnológica indispensable para llevar a cabo el genocidio nazi6 . IBM facilitó la generación y tabulación de tarjetas perforadas con los datos del del censo nacional de 1933 que permitieron la identificación y represión masiva de militantes políticos y sindicales y de minorías étnicas, como la judía. Ya en el año 1933, 60.000 personas habían sido identificadas y encarceladas. Así mismo, dichas técnicas, se aplicaron a la logística militar, gestión de guetos y campos, etc. A medida que la maquinaria de guerra nazi ocupaba sucesivas naciones de Europa, la capitulación fue seguida por un censo de la población de cada nación subyugada, con miras a la identificación y represión de la misma, con la colaboración de las filiales alemana y polaca de IBM. La Alemania nazi pronto se convirtió en el segundo cliente más importante de IBM después del lucrativo mercado estadounidense7 

Valgan estos dos significativos ejemplos a los que se añaden los de mayores corporaciones norteamericanas como Coca-Cola, Ford, General Motors y otras, para mostrar el alto grado de colaboración económica de EE.UU con el fascismo. Asi mismo, estos antecedentes contribuyen a explicar cómo – al igual que ocurrió en la Comuna de París o en el ataque de todas las naciones enfrentadas en la I Guerra Mundial – las intereses de la burguesía unifican a enemigos de guerra contra revoluciones obreras. 

3. “Luchar contra el enemigo equivocado”. La Operación Impensable.

El general Patton, que comandaba el Tercer Ejército de EE.UU, firmemente partidario de continuar la guerra atacando a la URSS dijo poco antes de la entrada del Ejército Rojo en Berlín: «Puede que hayamos estado luchando contra el enemigo equivocado todo el tiempo. Pero ya que estamos aquí, deberíamos perseguir a esos bastardos ahora, porque al final tendremos que luchar contra ellos. Diré esto: el Tercer Ejército solo, con muy poca ayuda y muy pocas bajas, podría acabar con lo que queda de los rusos en seis semanas. Recuerde mis palabras. Nunca las olviden”8.

Patton fue destituido, pero su propuesta anidaba ya en otras mentes. El Primer Ministro británico Winston Churchill, considerado por la propaganda oficial uno de los héroes de la victoria contra el fascismo, dictó la orden al Estado Mayor de Planificación de la Guerra del Reino Unido de diseñar en el más absoluto secreto la «Operación Impensable» para atacar a la URSS inmediadamente después de acabar la Segunda Guerra Mundial. El plan preveía ivadir otra vez la Unión Soviética y destruir totalmente sus principales ciudades y sus instalaciones industriales, bombardeándolas con armas nucleares. 

La Operación debía llevarse a cabo el 1 de julio de 1945, antes de que los mayores contingentes de tropas estadounidenses se retiraran de Europa, y preveía un ataque por sorpresa desde Hamburgo hasta Trieste. La ofensiva debía llevarse a cabo  por las 64 divisiones norteamericanas destacadas en Europa, las 35 británicas, 4 polacas y 10 alemanas. Estas divisiones alemanas estaban mantenidas por los “aliados” en Schleswig-Holstein y en el sur de Dinamarca y eran entrenadas diariamente por instructores británico y preparadas para la guerra contra la URSS. 

La Operación se rechazó ante la superioridad del Ejército Rojo, que contaba con 264 divisiones en Europa y su potencia acorazada, con el doble de unidades y de mayor calidad. La potencia de la aviación soviética también era aplastante: los angloamericanos y sus aliados contaban con 6.714 cazas y 2 464 bombarderos contra 9 380 y 3 380 por parte soviética, respectivamente9. 

A este respecto, es de vital importancia señalar que los servicios secretos soviéticos, que operaban en Londres, accedieron a todos los planes de la Operación Impensable. El alto mando político y militar de la URSS recibió una información el 18 de mayo de 1945 que revelaba las intenciones de los jefes de la Wehrmacht y de la Alemania nazi, así como de los aliados de la coalición “antihitleriana”. Se informaba de las negociaciones secretas llevadas a cabo en Suiza por Allen Dulles, de la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos (Inteligencia Militar y Política), con el general de las SS Karl Wolff10. 

Además de la inferioridad militar anglosajona, la moral de sus tropas, hartas de guerra y conocedoras de los crímenes nazis, hacía enormemente arriesgado convencerlas de que habían luchado contra “el enemigo equivocado”. A todo ello hay que añadir la importancia de la resistencia antifascista que luchó en la mayor parte de los países europeos y del enorme prestigio de la URSS entre la clase obrera de sus países. Estos hechos fueron determinantes para la inesperada y aplastante victoria del Partido Laborista británico en las elecciones generales que tuvieron lugar el 5 de julio de 1945.

No obstante, Churchill no cejó. El historiador norteamericano Thomas Mayer, en su libro “When Lions Roar” reveló un documento desclasificado del FBI según el cual, Churchill, en 1947, trató de convencer a Truman, a través del senador Styles Bridges, de que lanzara una bomba atómica sobre el Kremlin y destruir Moscú. De esta forma “sería un problema muy fácil manejar el equilibrio de Rusia, que no tendría dirección”11. 

Los planes de la Operación Impensable se desarrollaban mientras el Kremlin recibía felicitaciones públicas de Churchill por “la brillante victoria que el Ejército Rojo y los pueblos de la URSS habían logrado al expulsar a los invasores de su tierra y derrotar a la tiranía nazi”, al tiempo que declaraba que “el futuro de la humanidad depende de la amistad y el entendimiento entre los pueblos británico y ruso”. 

El ataque a la URSS no se produjo, estrictamente, porque la correlación de fuerzas, militar y política no lo permitieron. Entre otras cosas por la ocupación de Berlín por el Ejercito Rojo y porque EE.UU necesitaba a la URSS para culminar la guerra contra Japón. Conviene no olvidarlo. Pero inmediatamente después de terminar la Conferencia de Yalta, en la que se había acordado respetar las zonas de intervención de cada potencia, la aviación anglosajona incumpliendo flagrantemente sus estipulaciones, arrasó Dresde y sus puentes sobre el Elba para bloquear el avance de la URSS, la zona industrial de Eslovaquia- que debía quedar bajo influencia soviética -, la ciudad rumana de Ploiești y sus campos de petróleo cuando el Ejército Rojo estaba a sus puertas, Postdam y Oranienburg, donde los alemanes ya trabajaban con yacimientos de uranio.

Las bombas nucleares arrojadas por EE.UU sobre las ciudades Hiroshima y Nagasaki por EE.UU, probablemente uno de los mayores crímenes contra la humanidad de la historia, y absolutamente impune, debía mostrar al mundo, y en especial a la URSS, que ninguna consideración moral detendría al imperialismo anglosajón.

Con este acto criminal terminaba la II Guerra Mundial. A partir de entonces, sus objetivos de dominación se iban a desarrollar fundamentalmente a través de la OTAN.

4. Los crímenes de guerra nazis y el Código de Nuremberg.

El mundo conocía horrorizado en 1946, durante los Juicios de Nuremberg, las atrocidades desarroladas por los nazis en los campos de trabajo esclavo y de experminio, así como los crímenes contra la salud pública cometidas por los médicos alemanes – la mitad de ellos afiliados al partido nazi – para llevar a cabo experimentos de diverso tipo. Estos experimentos, que mostraron el más absoluto desprecio por la vida y la dignidad de las personas, tampoco supusieron avance alguno para la ciencia médica en general, aunque, según el psiquiatra estadounidense Teo Alexander – uno de los creadores del Código de Nuremberg, – sí aportó significativas innovaciones en la ciencia del asesinato12.

El horror y la conciencia de que semejantes monstruosidades fueron posibles y de que podían repetirse condujo a la elaboración del Código de Nuremberg13,  el primer código internacional de ética para la investigación con seres humanos, publicado el 19 de agosto de 1947 bajo el precepto hipocrático primun non nocere,  es decir “lo primero, no hacer daño”. 

Entre sus diez puntos destacan: el imprescindible consentimiento informado de la persona sometida al experimento, la ausencia de coerción, el requisito previo de la experimentación previa con animales, la posibilidad de interrumpirlo en cualquier momento si se observaran efectos adversos y que sus resultados sean beneficiosos para las personas involucradas. 

Todos y cada uno de estos principios han sido, y están siendo,  absolutamente vulnerados con la vacunación masiva contra el Covid, que está produciendo decenas de miles de muertos y millones de efectos adversos graves en personas sanas de todo el mundo14.

5. La cooptación de científicos nazis por EE.UU, la OTAN y los laboratorios de armas biológicas.

Antes de terminar la II Guerra Mundial y en plena batalla de Berlin, Allen Welsh Dulles, trabajando para la OSS (Oficina de Servicios Estratégicos de EE.UU), antecesora de la CIA y de la que sería su primer director civil, desarrolló la Operación Paperclip15.  Esta Operación secreta empezó a desarrollarse en 1943 y tenía por objetivo reclutar científicos y militares nazis, expertos en armas biológicas y químicas, para llevarlos a EE.UU. encubriendo sus crímenes.

1.600 científicos nazis, fueron reclutados en secreto para producir armanento para EE.UU “a un ritmo febril y paranoico”. Muchos de ellos, miembros del Partido Nazi, oficiales de las SS y criminales de guerra, habían participado  directamente en experimentos médicos que ocasionaron la muerte de miles de prisioneros en los campos de Dachau y Ravensbrük y fueron juzgados en Nuremberg por ellas, pero EE.UU procuró su absolución. EE.UU los consideró vitales para su seguridad nacional.

La existencia de más de 400 laboratorios de armas biológicas de EE.UU vulnerando la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas16, supuestamente vigente, apunta a una inquietente continuidad con los experimentos nazis condenados en Nüremberg.  

En abril de 2022 el científico estadounidense Francis Boyle, redactor de la ley que promulgó el Congreso de su país para cumplir con la Convención de Armas Biológicas de 1972, declaró: “El programa de armas biológicas de Estados Unidos, valorado en 100.000 millones de dólares, es una “empresa criminal” que emplea a decenas de miles de “científicos de la muerte”en Ucrania y otros países“17 

Pero no se trata solo de proyectos. EE.UU llevó a cabo ataques con armas químicas y biológicas en Corea y Vietnam. Así mismo, en 1981, armas biológicas estadounidenses provocaron una epidemia de dengue hemorrágico en Cuba18

El ministerio de Defensa de Rusia ha denunciado la realización de experimentos realizados con pacientes psiquiátricos ucranianos en la ciudad de Jarkov. En dichos experimentos, desarrollados el laboratorios de armas biológicas de EE.UU, también participaban otros países de la OTAN, como Alemania y Polonia, así como “empresas farmacéuticas como Pfizer, Moderna, Merk y la empresa Gilead, afiiada al Ejército estadounidense, para probar nuevos medicamentos, eludiendo normas de seguridad internacionales”19 

6. La Organización Gehlen

En abril de 1946 la Organización Ghelen fue formada por las fuerzas aliadas en la zona de Alemania ocupada por EE.UU, sobre la base de las redes de los servicios secretos nazis en Europa oriental y liderada por el general fascista Reinahard Gehlen. En marzo de 1945, sabedor de que el fin del Tercer Reich estaba cerca, Gehlen y un pequeño grupo de oficiales microfilmó los archivos del Fremde Heere Ost acerca de la URSS y los puso en envases herméticos. Los envases fueron enterrados en varios lugares de los Alpes austriacos. 

El 22 de mayo de 1945, Gehlen se rindió al Cuerpo de Contrainteligencia (CIC) de EE.UU en Baviera y le entregó sus archivos. 

La Organización Gehlen está en el origen de la Red Stay Behind, que analizaremos más adelante, y que, creada y dirigida por la OTAN, vincula con ella a servicios secretos militares y organiaciones fascistas de diferentes países europeos, como la Red Gladio. Así mismo, la Organización Ghelen, es la precursora del actual Servicio Ferederal de Inteligencia (BND) del gobierno alemán, de la que Gehlen fue el primer presidente.  

7. La Conferencia de Yalta, la RFA en la OTAN y altos cargos nazis en el ejército alemán y en la OTAN.

La Conferencia de Yalta celebrada en 1945 con la participación de los máximos dirgentes de la URSS, Gran Bretaña y EE.UU acordó, en lo referente a Alemania, su desarme, desmilitariación y partición entre las potencias vencedoras. 

La OTAN se crea en 1949, y en 1955, vulnerando flagrantemente los acuerdos de Yalta, la RFA entra en la OTAN. Como respuesta se crea el Pacto de Varsovia. En 1951 se crea la Base de Ramstein en la RFA, la mayor Base militar de EE.UU en Europa. El rearme de la RFA se ejecuta bajo la batuta de EE.UU y con la participación de altos jefes militares nazis, tanto en el nuevo ejército alemán, como en la dirección de la OTAN en Europa.

La lista de dirigentes nazis en altos cargos militares occidentales, además de Reinhard Gehlen, es larga según la información recopilada y documentada por Beatriz Talegón en Diario 16 20 :

  • El coronel de la Wehrmacht durante el Tercer Reich,Albert Schnez, llegó a ser Jefe del Estado Mayor durante el gobierno del socialdemócrata Willy Brandt.Según información desclasificada en 2014, habría organizado un ejército secreto de veteranos de la Segunda Guerra Mundial (cuarenta mil efectivos) que estarían preparados para defender a Alemania de una supuesta y eventual invasión soviética. 
  • Adolf Heusinger, general y jefe de operaciones del ejércto nazi, fue después agente de la CIA, general del ejército de la RFA y presidió el Comité Militar de la OTAN hasta 1964.
  • Hans Speidel, teniente general nazi y jefe de gabinete de uno de los más destacados mariscales del campo Erwin Rommel, pasó a formar parte del ejército alemán de Adenauer como asesor y supervisó la integración de las tropas alemanas en la OTAN. Posteriormente fue nombrado comandante supremo de las fuerzas terrestres aliadas de la OTAN en Europa Central entre 1957 y 1963. 
  • Johannes Steinhoff, destacado piloto de la aviación militar nazi, pasó a ser jefe del Estado Mayor y comandante de las Fuerzas Aéreas Aliadas de Europa Central entre 1965 y 1966, posteriormente fue jefe del Estado Mayor de Luftwaffe Bundeswehr entre 1966 y 1970 y finalmente, fue nombrado presidente del Comité Militar de la OTAN, entre 1971 y 1974. 
  • Johann von Kielmansegg, coronel del  Alto Comando del ejército nazi, tras ascender a general de la armada alemana, fue nimbrado comandante en jefe de las fuerzas especiales de la OTAN en Europa central en 1967.
  • Ernst Ferber, teniente coronel en el Estado Mayor de la Wehrmacht y condecorado con Cruz de Hierro, fue comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas de Europa Central de la OTAN entre 1973 y 1975. 
  • Karl Schnell,mayor y primer oficial del Estado Mayor del ejercito nazi, condecorado también con la Cruz de Hierro, sustituyó al general Ferber como  comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas de Europa Central de la OTAN entre 1975 y 1977. 
  • Franz Joseph Schulze, alto oficial de las fuerzas aéreas nazis y condecorado con la la Cruz de Hierro, pasó a ser general de la RFA y después comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas de Europa Central de la OTAN entre 1977 y 1979. 
  • Ferdinand von Senger und Etterlin, destacado oficial nazi, participo en la invasión de la URSS (Operación Barbarroja) y en la Batalla de Stalingrado, siendo condecorado con la Cruz de Oro. Paso a ser general y comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas de Europa Central de la OTAN entre 1979 y 1983. 

Valga esta larga, pero seguramenteincompleta lista, para ilustrar la profunda penetración de militares nazis en los más altos cargos de la OTAN y, lo que seguramente es menos conocido, en los puestos de dirección del ejército alemán, para pasar de allí a dirigir la Alianza Atlántica.

La mayor parte de las bases militares de EE.UU y de la OTAN en Europa están en Alemania, país que junto a Italia, Países Bajos, Bélgica y Turquía, albergan armamento nuclear.

Esta línea de continuidad política e ideológica entre el fascismo y la OTAN, con el anticomunismo como eje vertebrador,  y la subyugación de Europa, sometiéndola a los intereses de EE.UU, para cortocircuitar sus naturales relaciones económicas, comerciales, culturales, etc, con Rusia, explican sobradamente una buena parte de los acontecimientos políticos acaecidos desde la II Guerra Mundial en el contiente europeo y en el presente.  

8. La Red Stay-Behind, ejército secreto de la OTAN.

La colaboración de la OTAN con grupos fascistas y con servicios secretos militares con objetivos terroristas en diferentes países europeos, explícitamente contra el comunismo, al tiempo que desarrollaban una alianza que ahora se reedita con la guerra de Ucrania, contribuyeron decisivamente a desestabilizar gobiernos y a desencadenar la represión más feroz contra organizaciones revolucionarias.

En 2005, Daniele Ganser, historiador suizo, experto en relaciones internacionales y profesor de la universidad de Basilea, publica un libro titulado “Los ejércitos secretos de la OTAN”21, resultado de un extenso trabajo de investigación sobre las relaciones entre la Alianza Atlántica, las redes de organizaciones fascistas y los servicios secretos de multitud de países – muchos de ellos europeos – con el conocimiento y la colaboración de sus gobiernos. El resultado ha sido un listado enorme de atentados terroristas destinados a la desestabilización de gobiernos y, en general, a la «lucha contra el comunismo».

El elemento desencadenante de su investigación fue la confirmación realizada en 1990 por Giulio Andreotti, Primer Ministro de Italia, ante una Comisión de Investigación del Parlamento italiano, de la existencia de la Red Gladio. En ella, los servicios secretos italianos actuaban bajo las órdenes de la OTAN. Señaló además que la Red continuaba activa y que existían redes semejantes en muchos otras países.

En su informe Andreotti acreditó que la Red Gladio poseía una gran cantidad de armamento, facilitado por la CIA, que se escondía en 139 lugares, situados en bosques, campos, iglesias y cementerios y que incluía: «armas portátiles, municiones, explosivos, granadas de mano, cuchillos, dagas, morteros de 60 milímetros, fusiles sin retroceso calibre .57, fusiles con mirillas telescópicas, transmisores de radio, prismáticos y otros tipos de equipamiento diverso”. Estas armas fueron utilizadas en atentados que sistemáticamente se atribuían a las Brigadas Rojas y que daban lugar a numerosas detenciones y medidas represivas entre las organizaciones obreras.

Loa terribles atentados de la Piazza Fontana de Milán, de la estación de Bolonia, de la PIazza de la Loggia de Brescia y varios más, que ocasionaron la muerte de 491 personas y heridas y mutilaciones a otras 1.891, junto a los asesinatos de jueces y periodistas que trataron de investigarlos, mostraron la autoría de la organización fascista Ordine Nuovo, en colaboración estrecha con la OTAN, la CIA y los servicios secretos italianos, con la connivencia de los gobiernos de turno.

En el marco de grandes movilizaciones obreras y populares contra la guerra del Vietnam, el objetivo de los atentados era, en palabras de un terrorista arrepentido, «presionar al gobierno italiano para que declarara el Estado de Emergencia y promover un régimen autoritario en Italia».

Ferdinando Imposimato, presidente honorario del Tribunal Supremo de Casación, análogo al Tribunal Supremo, resume los resultados de las investigaciones realizadas por él, en las cuales establece el papel de la OTAN, de Ordine Nuovo y de los servicios secretos militares en las masacres que ensangrentaron Italia. Transcribo sus palabras, que pueden consultarse aquí22: «En el curso de las investigaciones que he realizado sobre las tragedias que han asolado Italia, desde los atentados de la Plaza Fontana, al del tren Italicus Express que enlaza a Roma con Munich, a la de la Plaza de la Loggia en Brescia, a la tragedia de Bolonia, y en el curso de cuyas investigaciones han sido asesinados mis colegas Giovannni Falcone, Paolo Borsellino y otros, se ha confirmado que el explosivo utilizado procedía de las Bases de la OTAN. (…) Todo ésto lo he escrito en un libro y nadie lo ha desmentido. En estas bases se reunían «terroristas negros», junto a representantes de la OTAN, mafiosos, políticos italianos y masones en la víspera de los atentados. Todo esto ha sido confirmado por testigos directos y se ha producido de forma ininterrumpida. (…) El problema es que el silencio de la prensa impide a la opinión pública conocer esta tremenda verdad: es la Operación Gladio, la que amenaza la paz y la seguridad y la que amenaza con desencadenar una gran guerra».

El listado de actuaciones de los llamados Stay-Behind, formula utilizada para establecer la citada colaboración entre la OTAN, los servicios secretos y las organizaciones fascistas locales para llevar a cabo acciones terroristas, en muchos casos consumadas, con el objetivo general de lucha contra el comunismo y la desestabilización de gobiernos, es larga: Francia, Austria, Suecia, Alemania, Noruega, Turquía, Argelia, Italia, Portugal, Grecia, Mozambique, Dinamarca, España (masacre de los abogados laboralistas de Atocha), Holanda, Bélgica, Suiza23.

Daniele Genser destaca que la primera intervención en una masacre popular tuvo lugar en Grecia todavía durante la II Guerra Mundial. La resistencia antifascista griega, al igual que en Francia e Italia – destaca Daniele Ganser – estaba impulsada por los comunistas. Tras haber derrotado definitivamente a las tropas fascistas, en 1944 se convocó una gran manifestación pacífica, preludio de una huelga general, en apoyo del poder popular victorioso. Las fuerzas armadas británicas, junto a la policía y las organizaciones de  extrema derecha masacraron la manifestación con decenas de muertos y heridos. Tras ella, Churchil impuso la monarquía de la familia de la reina Sofía que fue expulsada definitivamente de Grecia tras el referéndum popular de 1974.

En el momento del escándalo que desencadenó Andreotti en 1990, el canal de televisión privado RTL conmocionó a la opinión pública alemana al revelar en un reportaje sobre la Red Gladio que exmiembros de la temida Waffen-SS habían sido después miembros de la Red Stay-Behind alemana.

Un documento del estado mayor estadounidense titulado Overall Strategic Concepts (Conceptos Estratégicos Generales) de 28 de marzo de 1949 lo corrobora24: «Alemania disponía de un excelente potencial en hombres entrenados para conformar las unidades clandestinas y las reservas del ejército secreto [unidades stay-behind]. Una resistencia eficaz puede y debe organizarse.» 

El fascismo que hoy resurge tiene una continuidad histórica innegable. El apoyo militar, organizativo y económico del imperialismo de EE.UU y de las potencias europeas, a travésde la OTAN, al fascismo, ha sido una constante histórica que hoy, como en la primera mitad del siglo XX, representa el recurso más brutal de un capitalismo en crisis para imponer su dominación. También responde a los mismos objetivos: apropiarse de las riquezas de los pueblos e impedir que, arrabatándoles el poder, construyan una sociedad que responda a las necesidades humanas. Socialismo o barbarie es hoy, más que nunca, la tarea a la que nos enfrentamos.

Fuente: Diario 16

Tomado: Resumen Latinoamericano

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