El Bolivarianismo acecha a la Doctrina Monroe

El 2 de diciembre de 2023 se cumplieron exactamente 200 años desde que el presidente estadounidense James Monroe pronunciara ante el Congreso las célebres palabras : «América para los americanos». Hoy es el momento de cerrar filas y construir una alternativa frente a este mandato imperialista. Ese fue precisamente el propósito del Foro Internacional «Bolívarianismo vs. Monroísmo, contra el imperialismo, el fascismo y el neocolonialismo, en el marco de los 200 años del antiimperialismo», celebrado en Caracas, Venezuela, del 30 de noviembre al 2 de diciembre de 2023. 


Katrien Demuynck, coordinadora del capítulo belga de la REDH

Isabel Chacón, miembro del capítulo Cataluña de la REDH

El propósito 

Los ponentes eran intelectuales y políticos de todo el continente. Muchos de ellos pertenecen a la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH). Argumentaron con hechos y ejemplos que el agresor sigue siendo el mismo, doscientos años después. También se estableció un vínculo directo con la denuncia por el genocidio contra Gaza y con el referéndum del domingo 3 de diciembre sobre la región venezolana del Esequibo. 

El historiador venezolano Pedro Calzadilla contrapuso las doctrinas, bolivariana y monroistas en sus orígenes. La doctrina Monroe fue una respuesta directa a la formación de la «Gran Colombia», liberada por Simón Bolívar (1783 – 1830). Fueron dos proyectos, dos modelos de país y de república, de continente, de humanidad, que permanecen contrapuestos en los últimos 200 años de historia», dijo Calzadilla. 

Fueron numerosos los apuntes históricos sobre los orígenes del conflicto entre bolivarianismo y monroísmo. El proyecto integracionista y geopolítico promovido por Francisco Miranda, para quien desde 1788 ya había promovido la idea de que la independencia de las colonias hispanoamericanas era inseparable de la idea de la integración. Propone que una vez alcanzada la independencia, se acometa la creación de una nación unificada, un solo Estado hispanoamericano independiente, que debía llamarse Colombia. 

Las potencias europeas y Estados Unidos no podían ver con buenos ojos que una vez derrotada España, en vez de unas naciones atomizadas y por tanto débiles, surgiera en Suramérica una gran nación con pretensiones independientes que no estaba dispuesta a sometérseles, que aspirara a gobernarse a sí misma de manera autónoma, y además estuviera en condiciones en el futuro de competir con ellas y disputarles su supremacía.[i] 

James Monroe, para entonces embajador de EE. UU. en Francia y Gran Bretaña, advierte a su gobierno acerca de los planes de Miranda: “No podemos permitir que el general Miranda desarrolle una vasta nación en el continente americano (…)”. 

Cuando en 1810 Bolívar conoce en Londres a Miranda comprende que la independencia política por sí sola no es suficiente para garantizar el bienestar de las naciones suramericanas; comprende que es indispensable crear grandes Estados que puedan participar en el concierto internacional en condiciones de igualdad con las grandes potencias. 

Pero frente al proyecto de Colombia con su estrategia geopolítica de integración, bienestar y emancipación que resumiría el lema “Suramérica para los suramericanos”, aparece EE. UU. con su plan geopolítico de hegemonía, expansión e injerencia resumido en la sentencia “toda América para los americanos”. Así se podría decir que la doctrina Monroe es, en buena medida, la respuesta geopolítica de Estados Unidos a los planes de liberación, integración y prosperidad que enarboló Bolívar como presidente de la República de Colombia.[ii] 

El alcalde chileno y comunista Daniel Jadue señaló que tanto la doctrina Monroe como el bolivarianismo surgieron durante el auge del capitalismo. La doctrina Monroe traduce la tendencia al monopolio, que parte del Estado nacional como superestructura en el capitalismo. Bolívar contrarrestó esta tendencia con un llamamiento a la unidad y la integración entre los países del continente.

El propósito del Foro, con motivo del bicentenario de la Doctrina Monroe, fue debatir los retos e iniciativas que están surgiendo en la región latinoamericana y caribeña para superar esa doctrina, cuyo objetivo es explotar y expoliar a los pueblos. 

Ingenuidad frente a claridad

A primera vista, aquel «América para los americanos» del quinto presidente -y esclavista- estadounidense sonaba bastante bien a principios del siglo XIX. Deshacerse de los reinos europeos que colonizaban y/o amenazaban con recolonizar el continente. Pero había una trampa que pronto desenmascaró Simón Bolívar, el líder militar y político venezolano que llevó a los actuales países de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Panamá y Bolivia a independizarse de España, por lo cual se le conoce popularmente como El Libertador de América. 

Bolívar observó ya en 1829: «Estados Unidos (que) parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad».[iii] Frente a la doctrina Monroe, el proyecto de Bolívar situaba la unidad, la soberanía nacional, la libertad, la paz y el bienestar para los habitantes de todo el continente. El foro se desarrolló en torno a esa oposición entre el imperialismo de la doctrina Monroe y el antiimperialismo de Bolívar.

La construcción de la supremacía estadounidense

La joven república estadounidense de las «13 colonias», en 1776, estrecha franja en la costa este del continente norteamericano, pronto inició su expansión territorial. En 1803 compró Luisiana a Francia. Le siguió la compra de Florida a España en 1821. En los años siguientes se anexionó la mayor parte de lo que entonces era México. Primero Texas (1836), luego los territorios que más tarde se convertirían en California, Nuevo México, Arizona y Nevada (1848). 

A la doctrina Monroe se añadió en 1845 la idea del Destino Manifiesto, una ideología que partía de la supremacía absoluta de los blancos estadounidenses y su consiguiente derecho a subyugar a todos los pueblos «inferiores». El ex presidente ecuatoriano Rafael Correa comparó esa cuestión con el anhelo de Lebensraum del nazismo. La vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez señaló que en los estados del sur, que antes pertenecían a México, se realiza hoy el 25% del PIB estadounidense, equivalente en tamaño a 4,5 veces el PIB del actual México.

Rafael Correa también explicó que, a principios del siglo XX, Estados Unidos seguía insistiendo en su derecho a la hegemonía, a través de la declaración del Presidente Theodore Roosevelt, que decía, en resumen, lo siguiente: «si los intereses estadounidenses están en peligro en un país latinoamericano, porque ese país se ha comportado mal (…) Estados Unidos tiene derecho a invadirlo».

La doctrina Monroe ha sido complementada y reforzada por otros conceptos a lo largo de los años. Sigue empeñada en dominar política y económicamente el continente. La abogada salvadoreña y ex comandante guerrillera del FMLN, Nidia Díaz, y el historiador venezolano Humberto González resumen las intervenciones militares, golpes de Estado y dictaduras organizadas por Estados Unidos desde 1823. Se trata de más de 180 desembarcos de tropas y más de 34 intervenciones militares directas.[iv]  

El profesor Steve Elmer (EE.UU.) señaló que, aunque el demócrata John Kerry afirmó en 2013 que su partido había renunciado a la Doctrina Monroe, no hay diferencia alguna entre republicanos y demócratas en ese sentido. Hoy en día, es la OTAN la que está siendo utilizada como instrumento de dominación por EE.UU. 

Chávez y la unidad latinoamericana

Cuando Hugo Chávez se convirtió en presidente de Venezuela en febrero de 1999, heredó un país con una población completamente empobrecida por décadas de neocolonialismo y neoliberalismo. Quería cambiar esa situación y lo hizo volviendo a las ideas de Bolívar y tomando medidas en detrimento de los explotadores, léase: las multinacionales estadounidenses. Lo que a su vez provocó la agresión imperialista, según expuso el catedrático, Sergio Rodríguez Gelfenstein (Venezuela) en su intervención.[v]

En el año 2000, pocos meses después de la llegada de Hugo Chávez a la presidencia, una comisión de expertos ultraconservadores estadounidenses elaboró la versión 4 de los documentos de Santa Fe. Esos documentos, del 1 al 4, proporcionaban una base para la intervención imperialista, explicada con más detalle en el foro por la abogada argentina Claudia Rocca. 

Santa Fe 4, pretendía claramente frenar el impulso integrador del presidente Hugo Chávez, bajo la acusación de que «[Chávez] busca, apoyándose en el bolivarianismo, la formación de una Gran Colombia (Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador), probablemente como república socialista».

A Santa Fe 4 le siguieron el golpe de Estado de 2002 contra Chávez y el cierre patronal a finales del mismo año, que sentaron las bases para una sucesión de agresiones continúas por parte de Estados Unidos. El intento de dominación más sonado fue la propuesta liderada por EEUU en 2005 de un área económica de libre comercio en las Américas, con el acrónimo ALCA en español.

Pero ese ALCA fue enterrado ese mismo año bajo el liderazgo de Hugo Chávez en la IV Cumbre de las Américas (excluyendo a Cuba) en Mar del Plata, Argentina. Mientras tanto, como alternativa, Chávez había concebido una Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, basada en el intercambio entre países a partir de la solidaridad mutua.

A lo largo de los años, el integracionismo bolivariano de Chávez se sustentó en una visión antiimperialista, que impregnó su labor de construcción de alianzas latinoamericanas y caribeñas. Cuando definió los objetivos de la naciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en 2011, declaró que debía ser «un escudo protector contra la injerencia (…) incluso un muro defensivo contra la locura imperial». 

También concibió la CELAC como “el proyecto de unidad política, económica, cultural y social más importante de nuestra historia contemporánea». Quedaba así eliminado para siempre cualquier atisbo de aceptación de la Doctrina Monroe y su influencia como base del proyecto de integración de la región.

El 8 de marzo de 2015, el presidente Barack Obama firmó una orden ejecutiva por la que declaraba a Venezuela «amenaza excepcional y extraordinaria» para la seguridad nacional de Estados Unidos.

Esto creó una base legal para lanzar un proceso permanente de agresiones contra Venezuela que no se han detenido hasta el día de hoy. Este decreto fue renovado anualmente bajo las administraciones de Donald Trump y Joe Biden. El fantasma de la Doctrina Monroe y del panamericanismo sigue rondando la patria de Bolívar. Doscientos años después, el enemigo parece seguir siendo el mismo.

Batalla de ideas

El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, destacó la necesidad de la batalla de las ideas: «Las ideas crean una contrafuerza, contra la coerción que hoy ejerce el imperialismo. Las ideas son una fuerza que genera emoción y movimiento. Hoy se han convertido en una fuerza que puede enfrentarse a la doctrina Monroe». 

Padrino López también destacó la labor de Hugo Chávez en la promoción de la doctrina del bolivarianismo frente al imperialismo: “Volvió a poner al bolivarianismo y al antiimperialismo en el centro del movimiento de lucha contra el imperialismo. Esto se refleja en la Constitución venezolana, pero también en la opción radical por un ejército bolivariano y antiimperialista. La clave es sensibilizar tanto a la población como al ejército. Es un primer paso para superar el monroísmo».

Cabe destacar que entre los asistentes del foro no sólo había invitados nacionales e internacionales, sino también unos doscientos jóvenes cadetes de la academia militar.

Palestina y la lógica imperialista

La segunda jornada del foro comenzó con la lectura de una declaración[vi] de la Red en Defensa de la Humanidad sobre el genocidio del pueblo palestino. Fue presentada por su coordinador internacional, Sergio Arria (Venezuela) y leída por Irene León y Paula Klachko, coordinadoras respectivas de los capítulos ecuatoriano y argentino de la Red. 

La REDH en su conjunto estuvo representada en el podio por los miembros fundadores Carmen Bohórquez (Venezuela) y Héctor Díaz Polanco (México), por el coordinador nacional José Ernesto Novaez y la secretaria ejecutiva Ariana López (Cuba), por João Pedro Stedile (Brasil) y Daniël Jadue (Chile), y por las coordinadoras de los recién creados capítulos de Cataluña y Bélgica, Isabel Chacón y Katrien Demuynck.

La declaración es una denuncia de los 75 años de ocupación y colonización de Palestina liderados por el sionismo. Destaca los intereses geoestratégicos ocultos detrás del conflicto, especialmente para Estados Unidos y Occidente. La REDH pide que se rompan las relaciones diplomáticas y otros lazos como muestra de rechazo al genocidio. 

La REDH también exige que el Consejo de Seguridad de la ONU aborde la demanda de un alto el fuego permanente y el fin de la ocupación. La REDH subraya que los medios de comunicación deben asumir la responsabilidad de proporcionar información imparcial sin criminalizar el derecho a la resistencia, que es un derecho de las naciones. Por último, en defensa de la humanidad, la REDH pide intensificar la solidaridad con el pueblo palestino.

Guayana Esequiba: ExxonMobil contra Venezuela

El Foro Bolivar versus Monroe tenía lugar en los días previos al gran referéndum en Venezuela en torno a la región Guayana Esequiba.[vii] Ese conflicto ExxonMobil – Venezuela es otra prueba de que la doctrina Monroe está viva y coleando, pero también de que el bolivarianismo es un arma sólida para oponerse a ella.

El territorio pertenecía a la Gran Colombia de Bolívar, pero le fue arrebatado en 1899 por disputas entre las superpotencias estadounidense y británica. El gobierno venezolano decidió someter a referéndum, el 3 de diciembre, la cuestión de si la región debía o no ser reclamada por Venezuela.

Justo antes de que la Guayana Británica se independizara en 1966, Venezuela y Gran Bretaña acordaron en Ginebra que el conflicto histórico debía resolverse en paz, de mutuo acuerdo. Pero la zona al oeste del río Esequibo siguió siendo hasta hoy territorio en disputa entre Venezuela y la finalmente independiente Guayana.

De vez en cuando se produce un recrudecimiento de la disputa, como ha ocurrido recientemente. Como ya se ha señalado, Obama declaró en marzo de 2015 que Venezuela era una «amenaza para Estados Unidos». Apenas dos meses después, la multinacional estadounidense ExxonMobil anunció la presencia de enormes reservas de petróleo en la Guayana Esequiba. 

En septiembre de 2015, Rex Tillerson (entonces consejero delegado de ExxonMobil y más tarde ministro de Exteriores de Donald Trump) elaboró una nueva estrategia para mantener la región del Esequibo fuera del alcance de Venezuela. Guyana ya no seguiría el Acuerdo de Ginebra, que se basaba en el consentimiento mutuo, sino que recurrió a la Corte Internacional de Justicia. ExxonMobil financió los gastos judiciales por valor de 15 millones de dólares.

Guyana llegó incluso a solicitar que la CIJ prohibiera el referéndum previsto en Venezuela. Sin embargo, ésta no accedió. Mientras tanto, Guyana vendió unilateralmente derechos de explotación a ExxonMobil en aguas en disputa. 

Ese acuerdo entre Guyana y principalmente ExxonMobil, entre varias otras multinacionales, no sólo es ilegítimo, sino también neocolonial: apenas el 25% de los beneficios se queda en el país. Y ello a pesar de que su índice de desarrollo humano (IDH) era el más bajo de Sudamérica en 1019. La pobreza extrema afecta al 35,1% de la población guayanesa, la tasa de emigración alcanza el 55% y hasta el 80% de las personas con estudios superiores viven fuera del país. 

Esto deja claro que el acuerdo beneficia principalmente a las empresas estadounidenses y a otras empresas transnacionales implicadas. Venezuela se opone desde una concepción de soberanía nacional y soberanía energética, pero también lo considera un problema geopolítico porque es un intento de anteponer los intereses corporativos a los intereses de un Estado. Una hazaña del imperialismo contemporáneo, en otras palabras.

Según el presidente venezolano, Nicolás Maduro, «…más que Guyana, son la Exxon Mobil y el Comando Sur que pretenden tomarse el mar que le pertenece a Venezuela», de ahí su llamamiento al diálogo con el país vecino.

El referéndum constaba de cinco preguntas. Se trataba de afirmar el no reconocimiento del acuerdo entre Estados Unidos y Gran Bretaña de 1899, el reconocimiento del Acuerdo de Ginebra de 1966 y el no reconocimiento de la intervención del Tribunal Internacional de Justicia. También se pedía el apoyo popular a la oposición a la apropiación unilateral de Guyana y se solicitaba el acuerdo para conceder la ciudadanía y establecer un plan de apoyo integral a la población (mayoritariamente indígena) de la Guayana Esequiba.

Ese complejo cuestionamiento fue precedido por una amplia campaña de sensibilización para que cada venezolano conozca bien la historia de la Guayana Esequiba. Una gran clase en antiimperialismo, descolonización y derecho a la soberanía popular frente al afán de lucro de una multinacional capitalista. 

El 3 de diciembre se produjo una sólida victoria del «Cinco veces sí». No sólo hubo una gran participación de más del 51% de los votantes con derecho a voto, sino que las cinco preguntas obtuvieron puntuaciones positivas de entre el 95,4% y el 98,1% y proporcionaron al gobierno venezolano un sólido mandato para ir en contra de los intereses de ExxonMobil. 

Los miembros de la REDH que formaron parte del grupo de veedores internacionales del proceso electoral pudieron observar tanto el entusiasmo entre los miles de voluntarios que gestionaron el proceso como un desarrollo concluyente y correcto de la votación.

Mientras tanto, ese mismo día, indígenas de la Guyana Esequiba arriaron una bandera guyanesa izada apresuradamente y la sustituyeron por la tricolor venezolana.[viii]   

El mundo se está tambaleando, la resistencia está a la orden del día

El Foro Bolívar versus Monroe no se limitó a constatar la persistencia del imperialismo. También trazó vías de resistencia. Paula Klachko (Argentina) llamó a que la contradicción de clases sea la contradicción principal. Daniel Jadue (Chile) abogó por no desechar las viejas recetas de la izquierda, sino estudiarlas y actualizarlas. 

Humberto González (Venezuela) citó las derrotas anteriores del imperialismo en Cuba, Vietnam y Afganistán. Pueden ser arrogantes y fuertes, pero no invencibles. Cenen Aguilar (Panamá) señaló que el orden mundial es cambiante. Aunque Estados Unidos bombardeó e invadió militarmente Panamá en 1989, 10 años después se arrió la bandera estadounidense en la base local del Comando Sur. En la actualidad, económicamente Estados Unidos ya no domina el canal. Uno de los dos puertos de entrada también está controlado por China. 

Jorge Elías Caro (Colombia) destacó la fuerza de la población indígena latinoamericana. Con 45 millones, representan el 14% de la población. Conservan sus lenguas y sus culturas. A pesar de esos 200 años de imperialismo, no se dejan dominar. Son un faro de resistencia.

João Stedile (Brasil) afirmó que el imperialismo está en declive debido a la crisis insoluble del capitalismo. Señaló que el reformismo ya no está a la orden del día, es hora de un cambio estructural. Debemos aprender de la historia que la fuerza de la lucha reside en las masas. Si conseguimos organizar y formar políticamente a la gente de base, podremos sacar al capitalismo fuera.

Irene León (REDH Ecuador) destacó la trayectoria del ALBA como iniciativa antisistémica. Ellos son la minoría, nosotros somos más y podemos cambiar las cosas». Por último, Fernando Buen Abad (REDH México) rompió una lanza para estar a la altura del momento histórico en materia de comunicación. 

“Necesitamos una revolución dentro de la comunicación en cuanto a contenidos, partiendo de la lucha de los pueblos. Así podremos iniciar una gran ola de concienciación”, afirmó Buen Abad.

Ver el Foro Bolívar versus Monroe:


[i] José Gregorio Linares, “Bolivarianismo versus Monroísmo. Contrapunteo entre la dignidad y el Injerencismo”, Centro de Estudios Simón Bolívar, 2020, pp. 19-27.

[ii] Ídem, pág. 27.

[iii] https://biblioteca.org.ar/libros/153489.pdf

[iv] puede consultarse una reseña incompleta en https://www.granma.cu/mundo/2019-04-30/la-historia-de-las-intervenciones-de-estados-unidos-en-america-latina-y-el-caribe-30-04-2019-16-04-08

[v] https://redh-cuba.org/2023/11/trinchera-de-ideas-de-bolivar-a-chavez-por-sergio-rodriguez-gelfenstein/

[vi] https://redh-cuba.org/2023/12/pronunciamiento-de-la-red-de-intelectuales-y-artistas-en-defensa-de-la-humanidad-ante-el-genocidio-contra-el-pueblo-palestino/

[vii] https://redh-cuba.org/2023/12/guayana-esequiba-geoeconomia-de-una-ocupacion-por-irene-leon/

[viii] https://twitter.com/Patria8Querida/status/1731546736902951103

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