Cumbre borrascosa, ¿qué quieren tapar? Por José LLamos Camejo

Será que, pese a las más de 800 sanciones económicas ferozmente concebidas, con impudor, mal justificadas, y con brutalidad, descargadas sobre Venezuela, Nicaragua y Cuba, ¿a ese trío de «desobedientes» el organizador de la Cumbre de las Américas no los puede domesticar? ¿Será eso?

Será que, pese a las más de 800 sanciones económicas ferozmente concebidas, con impudor, mal justificadas, y con brutalidad, descargadas sobre Venezuela, Nicaragua y Cuba, ¿a ese trío de «desobedientes» el organizador de la Cumbre de las Américas no los puede domesticar? ¿Será eso?

Cumbre borrascosa, ¿qué quieren tapar? ¿Para destruir proyectos sociales reivindicadores no bastan bloqueos, estrangulación financiera, guarimbas, saqueadores de comercio, rompevidrieras a sueldo, apedreadores de instituciones, es decir, «opositores» remunerados, pi(ratas) de «democrática» vocación, devotos de la violencia prestos a emplearla a cambio de dólares made in usa, y a costa del dolor de su propia gente?  

Acaso el auspiciador comprendió que conseguir su propósito no es posible con provocaciones castrenses en la frontera, congelación de activos foráneos, ni robos de patrimonios ajenos. O ha entendido, tal vez, que sabotear sistemas –bancario, eléctrico o de cualquier servicio vital– molesta, pero no le da trigo cuando se trata de Venezuela.

Quizá en Cuba le ocurre lo mismo con sus «líderes»: ultrajadores de símbolos patrios, en un santiamén devenidos artistas, e interpretando la falacia de defender los «derechos humanos», con teatrales huelgas de hambre .

Puede ser que hoy lo tenga más claro: al menos acerca de Cuba, Venezuela, Nicaragua, sus mentiras virtuales podrán engañar a una parte, pero no a todo el mundo.

Vergüenza no ha de sentir por el desatino; esa capacidad del organizador de la Cumbre naufragó entre sus propias bajezas. Debe ser miedo; quién sabe si es pánico lo que mueve al acto discriminatorio en contra de Nicaragua, Venezuela y Cuba. Para un recalcitrante anfitrión no debe ser fácil. Esta vez, como en anteriores, en otros escenarios, de haber acudido a Los Ángeles la triada bolivariana-sandinista-martiana, al engreído le habría cantado en su cara verdades incómodas, que él no tiene a bien escuchar, porque se sabe no apto para acallarlas.

Tendría que admitir, por ejemplo, que, cuando con satánico oportunismo saboteó, calumnió, indujo actos vandálicos, secuestros, intentos de magnicidio, presiones, chantajes, cortes de combustibles, alimentos y medicinas, en pleno auge de la pandemia, Latinoamérica respondió con vacunas y medicamentos made in Cuba, con solidaridad y más integración.

Mandamás ya sabe que manda a pocos; cuando dictaminó que «a Los Ángeles no van los desobedientes», en vez de acatamiento, ese golpe sobre la mesa levantó un enjambre insurrecto en Latinoamérica.

El juez ha elegido nublar la Cumbre de las Américas, pero al sol no lo pueden tapar con borrascas, ni con arrogancias imperiales.

Fuente: Granma

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