En esas tierras hay bases militares de Estados Unidos y también hay ONG europeas, pues mientras unos quieren controlar la Amazonía a través de las armas, otros lo hacen por medio de sus organizaciones no gubernamentales
Una Amazonía «con ciudades más verdes, aire más puro, ríos sin mercurio y la selva en pie» fue el pedido hecho por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, durante la recién celebrada Cumbre Amazónica, en la ciudad brasileña de Belém.
Con una extensión de aproximadamente siete millones de kilómetros cuadrados, el 6 % de la superficie del planeta, puede considerarse entre las más importantes y necesarias áreas geográficas, más cuando el mundo vive ya los efectos de un cambio climático que puede llegar a autodestruir a la humanidad.
El anhelo de Lula de salvar la Amazonía es el de todos los brasileños y latinoamericanos, y resultó un propósito mutilado durante los años de gobierno del exmandatario brasileño, Jair Bolsonaro.
Una consecuencia inmediata de tales transgresiones contra la naturaleza son la pobreza y la extinción de los habitantes originarios de la Amazonía. Lo ocurrido en estos últimos años en ese espacio geográfico, que alberga más del 10 % de la biodiversidad del planeta, puede catalogarse también como un crimen contra una cultura autóctona, a la que debemos proteger como patrimonio insustituible.
Es por ello que en la Declaración Final de la Cumbre Amazónica, uno de sus acuerdos fue el compromiso de los gobiernos de Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guyana, Perú y Surinam, todos con soberanía sobre este importante territorio, para hacer un llamado urgente a la acción del mundo para proteger la región.
De igual forma, se hizo énfasis en una agenda de cooperación que debe implementarse «bajo la égida del desarrollo sostenible, la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, los bosques y el agua, acción urgente para evitar el punto de no retorno en la Amazonía», según refleja RT.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, advirtió en su discurso sobre la visión geopolítica de algunas potencias extranjeras que ponen en riesgo a la región y rechazó tales acciones de dominio y la explotación, a través de «formas abiertas y encubiertas».
El mandatario boliviano denunció que Estados Unidos y Europa buscan apoderarse de la Amazonía mediante la instalación de bases militares y de organizaciones no gubernamentales (ONG).
Al respecto, llamó la atención sobre las declaraciones de la jefa del Comando Sur de EE. UU., Laura Richardson, quien habló en enero pasado sobre los ricos recursos, elementos de tierras raras y el triángulo del litio, que se encuentran en la Amazonía.
También recordó que en esas tierras hay bases militares de Estados Unidos y también hay ONG europeas, pues mientras unos quieren controlar la Amazonía a través de las armas, otros lo hacen por medio de sus organizaciones no gubernamentales.
Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso la creación de un tribunal de justicia amazónico para juzgar crímenes contra la selva y sus habitantes, refleja RT.
Fuente: Granma