La guerra no declarada.

“Haití atraviesa uno de los momentos más difíciles, trágicos y oscuros de su historia. Está en proceso de hundirse bajo el peso de una crisis fabricada y mantenida en gran parte por las antiguas potencias coloniales esclavistas y racistas ahora transformadas en potencias imperialistas. Estas últimas cuentan con la asistencia efectiva de colaboradores locales integrados por líderes políticos títeres, corruptos, criminales, mafiosos impuestos por Washington y sus lacayos: BINUH (oficina integrada de ONU en Haití) , la OEA, el Core Group (integrado por los embajadores de Alemania, Brasil, España, EEUU, Francia, la Unión Europea, la Organización de los Estados Americanos y un representante del Secretario General de las Naciones Unidas) sin olvidar a los igualmente corruptos oligarcas, criminales que financian bandas armadas, verdaderos terroristas al servicio de dicho Core Group y en particular de EE.UU., Canadá y Francia.”

Esa es la auténtica voz de quienes se oponen activamente a la situación de Haití, sin ser por ahora una oposición política constituída. La expresó por Josué Mérilien, sindicalista y profesor de

filosofía, en una videoconferencia de solidaridad con Haití el 8 de febrero. Es una voz que no tiene espacio, y además silenciada por los medios y la política internacional, que trastoca con premeditación buenos y malos de esta compleja trama de más de dos siglos en un relato indescifrable. Se publica un extracto de sus conceptos.

La idea central es lograr evitar una nueva intervención extranjera. Los preparativos para concretarla están ya en marcha, y se hacen con la excusa de que no hay condiciones para realizar elecciones normalizadoras, y de esa manera tratar de legitimar la continuidad de acción de los representantes políticos con el apoyo desestabilizador de bandas armadas con arsenales que les vienen bendecidos de los EEUU.

Para lograr la situación de indefensión donde sea posible argumentar la necesidad de una intervención armada, se desarrolla una inseguridad planificada, elemento importante de esta crisis multidimensional. Las bandas mercenarias de la Internacional son autoras de secuestros, tortura y violencia, con 102 casos de violación en grupo entre 2018 y 2022 y 13 masacres entre 2018 y 2022 . Han incendiado barrios enteros y expulsaron a los vecinos.

Además, bloquean el tráfico interdepartamental e incluso interurbano. Así, aislaron el Gran Sur del resto del territorio nacional durante más de un año. Hace unos meses, las bandas al servicio respectivo de dos oligarcas rivales, lograron prácticamente incomunicar el Extremo Norte de los demás departamentos. Todas acciones que se hacen en la lógica del reforzamiento del caos, que es funcional a los intereses dominantes; aunque resulte difícil de asimilar. Así, las bandas reaparecieron armadas y acivas como antes apenas se retiró la fuerza que ocupó Haití entre 2004 y 2017, MINUSTAH (Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haiti) y que se supone que debería haberlas desactivado.

Mesa de prensa de La ONDA

Toamdo: Resumen Latinoamericano

También te podría gustar...