COVID-19: DOGMAS NEOLIBERALES Y ECOLOGÍA. POR JULIO ESCALONA

“Más de 1,7 millones de virus nos esperan en los ecosistemas que no han sido arrasados aún con buldóceres para abrir espacio al monocultivo intensivo.”

El capital y crisis del neoliberalismo

Covid-19 y ecología

Los Trumps saben lo que están haciendo

Golpe de Estado contra los derechos humanos, la democracia y la paz

El capital y crisis del neoliberalismo

Entre mediados de los años 60 y principios de los 70, vivimos una profunda crisis del Sistema Capitalista Mundial. Fue la crisis del fordismo-taylorismo, la cadena de montaje que generó y la industrialización fundada en ella, creando rendimientos decrecientes y la consiguiente caída de la tasa de ganancia y la desaparición de las superganancias que facilitaban el financiamiento del Estado del Bienestar.

Esta crisis nos lleva al Consenso de Washington, a las políticas neoliberales y la hegemonía del totalitarismo del mercado. El crecimiento de la pobreza fue una de las consecuencias y como tema llega a la Asamblea general de la ONU.

La centralización y concentración del capital se radicaliza provocando una más estrecha unión entre capital financiero y poder militar, que van modificando el mapa del mundo en la medida que se trata de destruir  la soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos, en función de que sea el capital a través del mercado quien vaya configurando las nuevas fronteras. Se declara una guerra contra los Estados soberanos. Así la destrucción de Yugoslavia, las guerras en el medio oriente, la guerra de Vietnam, el derrocamiento de Sukarno en Indonesia, el asesinato de Allende en Chile, el triunfo del FMI en Grecia, la división de Sudán, la guerra en Siria, el papel de Turquía, el golpe de Estado y cómo esto afecta a la OTAN, la agresión permanente contra Irán…  En Latinoamérica y el caribe se tropezó con el papel de Cuba, Fidel y el pueblo cubano. Simultáneamente con Chávez y el proceso Bolivariano…

Chávez, al igual que Fidel, no sólo detuvo la guerra imperial sino que la fue derrotando. El fracaso del golpe de Estado de abril de 2002 obligó al imperio a planear el asesinato de Chávez para poder reimpulsar sus planes en nuestra región. Sin embargo, el proceso bolivariano logró reponerse de esa grave derrota y bajo la conducción del presidente Maduro, el pueblo bolivariano ha avanzado de victoria en victoria.

Simultáneamente es necesario considerar el renacimiento de Rusia después de la caída de la URRS. Esto más el papel protagónico de China, ha modificado la relación de fuerzas.

Covid-19 y ecología

La naturaleza y los seres humanos desaparecen en toda su complejidad como sujetos vivos. Pasan a ser factores de producción: tierra y trabajo. Cuando el capital los combina eficientemente se logra un resultado óptimo, por supuesto desde el punto de vista económico. Al excluir los factores sociales y ecológicos del proceso de producción, no podemos comprenderlo como una totalidad compleja, que representa los aspectos interdependientes entre el trabajador, la naturaleza y la sociedad, mediados, relacionados y organizados por el capital,

La economía sabe que esto genera consecuencias, a las que se puedan considerar “beneficiosas”, las denomina externalidades positivas. A los efectos perniciosos los llama externalidades negativas. De hecho, de ahí en adelante la economía se desentiende del asunto y lo trasfiere a la sociedad y/o al Estado.

Los Trumps saben lo que están haciendo

Los Trumps saben bien lo que están haciendo. Comprenden los efectos de sus “antipolíticas”. Cuando los gobiernos de EEUU, de Europa y otras regiones del mundo, como los chupamedias de Latinoamérica, aplicando las políticas neoliberales, privatizaron los servicios de salud, sabían que estaban condenando a muerte a los pobres, a los diferentes. O bien pagaron para crear el Virus o rápidamente vieron la oportunidad de aprovecharlo.

Ya este culto a la muerte se venía profundizando en Europa con la migración de las víctimas de las guerras y el desamparo. Ya el Mediterráneo es el cementerio más grande de hoy. Pero era y es necesario internacionalizar y masificar la muerte. Aquí es donde aparece el Covid-19. Aun cuando la FAO sostiene que hay pan para todos, el poder mundial considera que siete mil millones de personas es demasiado y se conjugan neoliberalismo, maltusianismo y fascismo para utilizando todos los crímenes posibles, profundizar una guerra mundial que elimine millones de seres humanos.

Esa guerra híbrida que combina invasiones, derrocamiento de gobiernos, crisis financieras, matanzas, epidemias, desastres naturales… Tiene como propósito la generación de un caos mundial permanente donde la paz viva interrupciones constantes y la muerte vaya ocupando los espacios desde donde sea expulsada la convivencia democrática.                                                                                                                                                                                                                   El poder mundial (financiero, militar, del narcotráfico) no es compatible con la democracia, la estabilidad y la paz. Entre otras razones, porque se ha levantado sobre la base de la ilegalidad y la violencia ¿Cómo convivir con la legalización de la tortura, las cárceles clandestinas, las desapariciones de detenidos políticos, con  golpes de Estado contra gobiernos que no les simpaticen? ¿Con esa hidra de mil cabezas representada por la entremezcla de capital financiero, conspiraciones militares y operaciones de las mafias de narcotraficantes, que se entrecruzan en sus roles como quien va cambiando de camiseta según el crimen que se vaya a cometer? ¿De banquero a general o capo mafioso o al revés, de capo mafioso a general o banquero?

Una manera de profundizar esta lucha es la unidad de los pueblos y los gobiernos amantes de la paz,  los senderos democráticos, aceptando la diversidad de caminos y experiencias, con un respeto absoluto a la soberanía y la independencia de los pueblos.

Golpe de Estado vs la democracia, los derechos humanos y la paz

Después del Consenso de Washington, los avances del neoliberalismo y la imposición del totalitarismo del mercado, esos logros a través de las luchas seculares de la humanidad, se convirtieron en un obstáculo, en incompatibles con un poder mundial fundado en la violencia.

Vengo reiterando que el 11-09-2001, en Nueva York se dio un golpe de Estado contra la democracia, los derechos humanos y la paz. Bush lo ejecutó, Obama lo continuó y Trump lo  profundiza. El hecho notable fue el derribamiento de las Torres Gemelas. Como se sabe hoy, estaba todo preparado para acusar a Bin Laden y desatar una histeria colectiva para desatar la guerra contra un nuevo enemigo: el terrorismo. En nombre de ella, resignificar la paz, la democracia y los derechos humanos, apropiándoselos para robarles el significado y poder “preservarlos” con la legalización de la tortura, las cárceles clandestinas y con ese nuevo significado justificar las  guerras de Irak, Afganistán, Libia, Siria… Ocupar militarmente Colombia y desarrollar por el mundo la estrategia imperial de caos global que se extiende a Rusia, China, la desestabilización de Venezuela… Ahora, con el rapto de Julián Assange. La estructura jurídica y de convivencia pacífica creada después de la II Guerra Mundial está siendo derribada. El multilateralismo de la ONU es sustituido por el “Multilateralismo” de la OTAN y un tejido de bases y pactos militares que sostienen la estrategia de caos mundial, que genera migraciones diarias de miles de personas y el neoliberalismo, arma de guerra, que asociado a las recetas maltusianas (guerras, desastres naturales, epidemias), es más poderoso que las armas nucleares para destruir el espíritu de resistencia de los pueblos.  

El golpe de Estado del 11-09-2001 ha creado una dictadura mundial, encabezada por la asociación  entre el poder financiero, el poder militar y el poder del narcotráfico, sobre todo a partir de 2008 cuando los capitales provenientes de la droga fueron decisivos en el rescate de los grandes bancos. Se convirtieron, más que en socios, en garantes del poder mundial a través del poder de fuego de las bandas paramilitares que dirigen y de los poderosos ejércitos privados que financian, más la influencia que tienen en los diversos poderes y gobiernos del mundo y el poder mediático, cultural y simbólico que construyen día a día.

Constituyente, Prof. de la UCV, Ex Embajador Alterno de Venezuela ante la ONU, Ex Comandante Guerrillero

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