Una pregunta que se impone desde el momento mismo en que nace a la política internacional una entidad que han llamado Israel, concretada en base a mitos fundacionales, una historia falsaria y la invención tanto de la creencia que los animaba, como el propio nombre que adquirieron (1).
Una pregunta necesaria de responder y darle una respuesta firme, que termine de una vez por todas con estos procesos de exterminio, que han ejercido todas las administraciones de los gobiernos nacionalsionistas contra el pueblo palestino. Con un creciente y violento número de asesinatos de hombres, mujeres y niños, la destrucción de viviendas, el bombardeo de infraestructura crítica tanto de las ciudades de la Franja de Gaza como de Cisjordania. Una política homicida que crece sin control, bajo la pasividad de una hipócrita “comunidad internacional” la complicidad de un occidente liderado por un Washington aliado incondicional del sionismo, de países árabes con gobiernos traicioneros y gobiernos que callan o mínimamente elevan su voz, para sostener con paupérrima dignidad, llamados a “detener el conflicto, terminar con los ataques” dándole un carácter de equilibrio a una ocupación y colonización con poderes desiguales.
No es posible aceptar esta idea de equiparar la agresión, los crímenes, la ocupación, la destrucción, apartheid que lleva a cabo el régimen nacionalsionista, con el derecho a la defensa, el deber de resistencia al cual tiene derecho irrenunciable el pueblo palestino y sus organizaciones. Los sionistas sean los que ocupan Palestina o sus corifeos en el mundo, tratan de imponer una narrativa en la cual los victimarios apelan a su autodenominada condición de víctimas históricas, para justificar que su política de solución final de la población palestina, los pogromos (2) realizados en Nablus, Jenin, en Gaza tienen el objetivo de impedir que “los judíos” sufran un nuevo holocausto”. Miserable argumento, despreciable conducta de una sociedad, que ha ocupado una tierra ajena, se ha instalado y trata de invisibilizar una cultura milenaria, haciéndole pagar aquello que no se atrevieron a hacer con sus verdugos.
Alemania, el nacionalsocialismo, Occidente, que apoyó la instalación del Tercer Reich, las propias federaciones sionistas que acordaron con la Alemania nazi sus acuerdos de Ha ‘avara (3) son los responsables del exterminio de la población europea de creencia judía, de la instalación de campos de concentración, donde incluso los llamados Judenrat (4) cumplieron la función de verdugos. Son ellos los que tendrán que haber pagado más que las multimillonarias reparaciones financieras que han entregado a instituciones sionistas, que se han apropiado de gran parte de los fondos que deberían haber ido a manos de familiares de las víctimas de países como Alemania, Polonia, Holanda, Hungría, Bielorrusia, entre otros. Tal vez las potencias vencedoras de la SGM; deberían haber expropiado parte del territorio alemán para asentar ahí a los sobrevivientes y asi reparar efectivamente los crímenes cometidos y o hacérselo pagar al pueblo palestino, que sufre la ocupación y colonización de sus tierras, el asesinato de sus hombres, mujeres y niños, comprobando con su sangre como se fundaba una entidad extraña, punta de lanza de occidente en tierras de Asia occidental.
La pregunta que da curso a este artículo, ante esta realidad de muerte y destrucción vuelve a resurgir, se hace presente día a día, por aquellos seres humanos decentes, dignos, con sentido de humanidad, que se horrorizan al ver las imágenes de la crueldad, perversidad, propia de una entidad, segregacionista, racista y criminal que denominan Israel. La respuesta, al parecer es simple, en un marco de complejidades que nublan la razón, que hacen perder la brújula moral a muchos, es cierto, pero insisto que es una respuesta sencilla de responder:
¡Hasta que seamos capaces de reaccionar como humanidad! Y hablo de nuestras sociedades no de instituciones como la ONU u otras que no sirven más que para mantener el statu quo de la ocupación y colonización de Palestina.
Una realidad, la de Palestina y su sufrimiento a manos del nacionalsionismo que debe terminar cuando Washington y sus cervatillos: La Europa que llaman comunitaria, con los socios de Israel como Francia, Gran Bretaña, Alemania dejen de cooperar con el extremismo nacionalsionista. Dejen de financiar su régimen día a día tan similar como aquel que combatió parte importante de la humanidad entre los años 1939 a 1945 y al cual, no sólo derrotó, sino que prometió no dejar que surgieran entidades similares, castigar esas ideologías y prácticas de segregación, apartheid, racismo. A poco andar dichas promesas se esfumaron. Nació y se desarrolló el régimen de apartheid de Sudáfrica, nació la entidad israelí en base a los objetivos de sionistas europeos afincados en Gran Bretaña, Francia y Alemania, principalmente. La ideología nacionalsionista comenzó a incubarse en múltiples países convirtiéndose hoy en una realidad en regímenes como el de Ucrania, voz potente en múltiples estados europeos donde se escudan en nombres como La Tercera Vía en Alemania. Amanecer Dorado en Grecia. El partido Los demócratas de Suecia. Movimiento para una Hungría mejor – Jobbik – en Hungría.
¿Hasta Cuándo? Hasta que se derrote definitivamente a una ideología criminal, como la que domina la sociedad israelí requiere también el concurso del Frente de la Resistencia, que tiene una responsabilidad histórica en el sentido y la decisión de utilizar su fuerza, que permita apoyar al pueblo palestino no sólo en palabras, sino que efectivos y armas, en un trabajo mancomunado que logre la expulsión de los colonos extremistas y l destrucción del régimen cívico militar y sus tropas de asalto SS – soldados sionistas – que comete crímenes de guerra y lesa humanidad. Una tarea que debería ser global pero bien sabemos la complicidad con el nacionalsionismo de potencias como Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Alemania, entre otros. El Hasta cuando también implica demoler y enterrar las falacias d ela historia falsificada del sionismo, sobre todo una de las más extendidas de la ideología y de la propaganda del nacionalsionismo, que de tanto repetirse ha llegado a considerarse que tiene algo de seriedad y razón, para justificar la ocupación de los territorios palestinos: el supuesto derecho del sionismo a “retornar” a Palestina del cual, vociferan urbi et orbi fueron arrojados hace más de 20 siglos.
Para el analista Said Alami “Nada en la Historia documentada y académica rubrica el derecho de estos extranjeros, judíos algunos, ateos los más, a regresar a ninguna parte y mucho menos a Palestina, tierra donde este pueblo, según sus propias mitologías y sus propios textos sagrados, había pisado la tierra de Palestina como invasor, ocupante extranjero y usurpador, y donde estuvo siempre en guerra con la población autóctona palestina que existía allí” (5). Y ese camino de enterrar mentiras, como también seguir resistiendo se ha vislumbrado con mayor claridad en estas últimas semanas donde la entidad infanticida ha atacado en forma crónica a los habitantes de las ciudades de Cisjordania de Nablus, Jenin, incrementando el número de asesinatos de hombres, mujeres y niños palestinos hasta los 200, sólo en este primer semestre del 2023.
A pesar de este derrotero de crimen y sangre, las operación de exterminio israelí, tanto en Jenin como en Nablus, pero también en Gaza, Al Quds y Al Jalil, no cambiarán la realidad de palestina, como tampoco la realidad de una sociedad israelí que se ha movilizado por cambios en su sistema de gobierno – en modo alguno por detener los crímenes de un pueblo palestino que desprecian, cuya suerte no es su preocupación, más empeñados en enarbolar sus banderas de arcoíris, sus demandas por profundizar una democracia falsaría, racista, criminal – y que explica que el régimen de Netanyahu y los suyos, lo más extremista dentro de una sociedad violenta trate de desviar la atención de sus propios problemas existenciales asesinando a la población palestina.
Los ataques contra Palestina, de los cuales hemos sido testigos en las últimas semanas llevan consigo la misma cantinela, el cinismo e hipocresía de llamar a esos pogromos contra el pueblo palestino, como operaciones contra el terrorismo. Un vocabulario propio de aquellos que son los que ejercen políticas de exterminio y terror, los verdaderos extremistas. Los victimarios que se presentan como víctimas, los que ocupan, colonizan, los que asesinan a hombres, mujeres y niños, los que roban los recursos naturales del pueblo palestino, los que se presentan ante el mundo como innovadores en manejo del agua, claro está que robándosela a sus dueños. Los que hablan de la mayor democracia de la región y son simplemente un régimen racista, de apartheid, regido por lo que llaman la ley de estado nación judía. Es Israel y su sociedad, mayoritaria, los terroristas, los criminales de guerra. Netanyahu, Smotrich, Ben Gvir, Liberman, Lapid, Ganz son los apellidos de los asesinos. Un hasta cuándo que exige, también, poner fin a la vergüenza que significa la presencia de medios de desinformación y manipulación, que afianzan la política de aniquilación del sionismo. El resolver positivamente para la causa del pueblo palestino el “hasta cuándo” depende del pueblo palestino en esencialmente y de nuestro apoyo solidario, comprometido, sin peros. La tarea es monumental pero necesaria, imperativa.
1. Recomiendo en esto leer los libros del historiador israelí Shlomo Sand y sus libros “La Invención del pueblo judío” donde señala en su introducción que “En este valiente y apasionado libro, Shlomo Sand demuestra que el mito nacional de Israel hunde sus orígenes en el siglo XIX, no en los tiempos bíblicos en los que muchos historiadores judíos y no judíos reconstruyeron un pueblo imaginado con la finalidad de modelar una futura nación. Sand disecciona con la minuciosidad de un forense la historia oficial y desvela la construcción del mito nacionalista y la consiguiente mistificación colectiva. y “la invención de la tierra de Israel: de tierra santa a madre patria” La invención de la tierra de Israel desmonta las antiguas leyendas que envuelven Tierra Santa y los prejuicios que continúan asfixiándola. Sand disecciona el concepto de «derecho histórico» e indaga en la concepción moderna de la «Tierra de Israel» formulado por cierto protestantismo evangélico del siglo XIX y por el sionismo. Esta invención que, a su juicio, hizo posible la colonización de Oriente Próximo y la creación del Estado de Israel, constituye ahora una seria amenaza a su propia existencia como hogar nacional judío
2. Pogromos: Palabra es palabra rusa que significa “causar estragos, destruir violentamente” que es exactamente lo que los colonos sionistas asentados en territorio palestino en Cisjordania, bajo la protección de las tropas de asalto SS – soldados sionistas – realizan cotidianamente contra la población palestina.
3. El Acuerdo Ha’avara (“acuerdo de transferencia”) fue un acuerdo entre el gobierno nacionalsocialista de Alemania y organizaciones sionistas, firmado el 25 de agosto 1933 con el fin de facilitar la emigración de los judíos de Alemania hacia Palestina, ya que ambas partes tenían el deseo de hacer emigrar a la población judía de Europa, y asimismo para detener el boicot antialemán de 1933. https://rexvalrexblog.wordpress.com/2016/07/03/acuerdo-haavara-los-sionistas-fueron-socios-de-los-nazis-vi/
4. El Judenrat era el consejo de judíos, nombrado por los nazis en cada comunidad judía o ghetto. De acuerdo con las directivas expresadas por Reinhard Heydrich de la SS el 21 de septiembre de 1939, debía establecerse un Judenrat en todas las zonas de concentración de judíos en las regiones ocupadas de Polonia. Eran dirigidos por importantes líderes comunitarios. La aplicación de decretos nazis que afectaran a los judíos y la administración de los asuntos de la comunidad judía eran responsabilidad del Judenrat. Estas funciones lo ubicaban en una posición de alta responsabilidad, pero sumamente controversial, y mucho de su actuar continúa siendo tema de discusión entre historiadores. https://www.caiv.org/2016/11/29/que-fue-el-judenrat/
5. https://issuu.com/abdotounsi/docs/revista_24
Fuente: HispanTV
Tomado: Resumen Latinamericano