El mundo que emergerá de la crisis actual aún no está configurado. Pero es seguro que Estados Unidos se debilitará, especialmente con el desgaste de la presidencia de Biden y la amenaza del regreso de Trump.
La crisis aún no ha terminado. Nadie puede decir hasta dónde llegará y qué ramificaciones puede tener. Pero ya hay posiciones conquistadas y un verdadero desgaste por parte de ambos lados, para que nos demos cuenta de que el mundo que salga de esta crisis será diferente al que entró.
Biden no se cansa de decir que Putin nunca ha estado tan aislado en el mundo. Sí, tienes razón. Aunque nunca un presidente de los Estados Unidos ha tenido menos apoyo de su pueblo a estas alturas de su mandato que él.
Estados Unidos nunca ha podido dejar de usar su superioridad militar para imponer sus intereses como en esta crisis. Nunca ha tenido que limitarse a imponer sanciones y buscar aliados para aislar al enemigo, siendo derrotado militarmente como en esta crisis.
De todos los nodos en los que se articula esta crisis, China sale fortalecida a nivel internacional y Donald Trump dentro de Estados Unidos.
Putin debería poder evitar que la OTAN instale sus bases en Ucrania. A costa de un gran desgaste externo y un grave daño a la economía del país. Aprovechó la imposibilidad de un enfrentamiento militar directo entre Rusia y Estados Unidos, que llevaría a la destrucción de ambos, para tomar la iniciativa.
Con la iniciativa de invadir Ucrania, ganó posiciones militares, lo que le puede permitir evitar que la OTAN instale bases militares en Ucrania, con la adhesión a la OTAN. Pero existe un grave riesgo de desgaste incluso dentro de Rusia, por las consecuencias de los efectos económicos y sociales de las sanciones que sufre el país.
Los acuerdos de Minsk ya impedían esta posibilidad, impedían la presencia de tropas en las fronteras de Rusia, pero fueron irrespetados por Estados Unidos, la OTAN y la propia Ucrania.
Biden tiene en su contra a la mayoría de los estadounidenses, que creen mucho más en Donald Trump que en él. Incluso antes de esta crisis, la perspectiva era que los republicanos también obtuvieran una mayoría en la Cámara, proyectando un presidente pato manco para toda la segunda mitad de su mandato.
Ahora se enfrenta a un Partido Republicano que ha asumido la posición oficial de que la invasión del Capitolio habría sido legítima. Se enfrenta a un Donald Trump que se ha ganado a la mayoría de los estadounidenses su posición de que si él fuera el presidente, la guerra de Ucrania no se habría producido, debido a sus relaciones directas con Putin.
Si Biden ya no seria candidato a la reelección, Kamala Harris demuestra ser una vicepresidenta débil, que no difiere en nada de las posturas de Biden y que difícilmente sería una candidata digna de enfrentarse a Trump en la campaña presidencial.
La posición de China resulta ser la más equilibrada: contra la guerra y contra las sanciones a Rusia. Tras establecer un acuerdo estratégico con Rusia, un bloque cuya fuerza nunca había enfrentado Estados Unidos. La combinación de la fuerza de la economía china y el ejército ruso podría resultar en la alianza más expresiva del mundo.
El mundo que emerge de la crisis actual aún no está configurado. Pero Estados Unidos ciertamente se debilitará, especialmente con el desgaste de la presidencia de Biden y la amenaza del regreso de Trump.
China también se consolida como líder político, además de su poderío económico, que la proyecta como la economía más fuerte al cierre de la presente década.
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