América para los americanos (léase USA) sigue siendo la filosofía de la política imperial, a 200 años de que Monroe proclamara su pretenciosa y nefasta doctrina. Para la Casa Blanca no hay límites a sus propósitos hegemónicos en esta región y en todo el mundo..
De ello hizo gala ayer el vocero del Departamento de Estado en su habitual conferencia de prensa:
Periodista:¿Qué tiene que decir sobre los submarinos nucleares en Guantánamo? ¿Por qué Cuba está en lista de Países Patrocinadores del Terrorismo?
Vocero: Pondremos nuestras fuerzas donde queramos y Cuba no reune los requisitos para excluirla de la lista SSOT (Sponsor Sate of Terrorism).
Periodista: Cuáles son esos requisitos?
Respuesta: Ni idea, otra pregunta.
Translation:
Q: What do you have to say about nuclear powered submarines in GTMO? Why is Cuba on the SSOT List?
A: We will put our assets wherever we wish & Cuba has not yet met the requirements to be removed from SSOT.
— David Ramírez Álvarez 🇨🇺 (@DvidTwit) July 11, 2023
Todo una lección de prepotencia, insolencia y desprecio por los demás. «Pondremos nuestras fuerzas donde queramos», dijo sin miramientos el traductor de propósitos y desvaríos de sus jefes. No importa que América Latina y el Caribe sea una Zona de Paz. Menos aún que sus países hayan decidido hace años convertirla en una región libre de armas nucleares.
El paseito de su submarino nuclear por la porción de agua usurpada de la ilegal base estadounidense en suelo guantanamero y parte de su bahía, puede tener variados propósitos, pero el más evidente es el de mostrarse como el guapo del barrio.
Se hace en un contexto donde la extrema derecha estadounidense ha buscado alimentar el fantasma chino en la región, inventando y multiplicando historias sobre bases militares y de espionaje del país asiático en diversas partes de Cuba y advirtiendo del «peligro» de la creciente presencia china en América Latina y el Caribe.
Este lunes 10 de julio, la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos se desplazó nada menos que hasta Miami, para cambiar los curules del Capitolio por asientos en el Museo y Biblioteca de Bahía de Cochinos, en la Pequeña Habana; la sede de la defenestrada brigada mercenaria invasora que se estrelló en las aguas cubanas de Playa Girón en 1961.
En premeditado show político, víspera de los 2 años del intento de insurreción que alentaron y financiaron esas mismas fuerzas el 11 de julio de 2021, los Congresistas se reunieron ante la selecta presencia de miembros de la derrotada Brigada 2506 y representantes de la contrarrevolución cubana como el terrorista Orlando Gutiérrez Boronat y la «luchadora» Rosa María Payá.
«Cuba es una amenaza para la seguridad de Estados Unidos» se escuchó una vez más decir en este círculo de alentadores de la política anticubana más perversa y brutal.
“Hay una estación de espionaje que China ha establecido ahora a solo 90 millas de donde estamos hoy”, dijo con aires de gravedad el presidente del comité de relaciones exteriores de la Cámara (el de alentar guerras y sanciones) Michael McCaul, según la prensa local.
Haciéndole coro de truhanes, estaban allí Mario Díaz-Balart, María Elvira Salazar, Debbie Wasserman Schultz y Mike Waltz.
“Hoy acompañé al congresista Michael McCaul, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, en una mesa redonda bipartidista de miembros en el segundo aniversario de las protestas prodemocracia del 11 de julio en Cuba”, dijo en sus redes sociales el congresista Mario Díaz-Balart.
El representante por Florida, quien preside el Comité de Asignaciones de la Cámara, aseguró que pretende incrementar a 30 millones de dólares la ayuda para «promover los derechos humanos en Cuba» y bloquear cualquier tipo de ayuda a los países que contraten médicos cubanos.
Mientras María Elvira Salazar alentaba a los cubanos a salir a las calles a luchar por la libertad (de tener bases estadounidenses y paseo de sus submarinos nucleares, debemos entender).
La actual administración de los Estados Unidos ha seguido a pie juntillas el guión que le dejó preparado Trump, Rubio y la camarilla que apretó las tuercas de las sanciones contra Cuba; pero ha llegado a los extremos insospechados de negarle oxígeno a los pacientes que se agravaban y morían por la COVID en el 2021 -por el simple hecho de ser cubanos-, y de exhibir provocadoremente en la bahía de Guantánamo un submarino nuclear.
Monroe, multiplicado y redivido, ya no en los Estados Unidos nacientes y ansiosos de señorío, sino en un imperio decadente y ruin que no quiere perder su hegemonía.
