Entre el 22 y el 28 de mayo pasado se realizó la 75.ª Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza, fue la primera presencial desde el inicio de la pandemia de covid-19. Se trata, del órgano decisorio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según dice su página web. El encuentro, que se celebra una vez al año, cuenta con la asistencia de delegaciones de todos los Estados Miembros de la Organización y en ella se centra la atención en el programa de salud preparado por el Consejo Ejecutivo.
Las principales funciones de la Asamblea Mundial de la Salud son determinar las políticas de la Organización, designar al Director General, supervisar las políticas financieras y revisar y adoptar el proyecto de presupuesto por programas. Como es sabido, el etíope Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, primer líder de la organización que no es médico, fue ratificado por cinco años más.
En esta ocasión el norte global, encabezado por Estados Unidos, intentó disfrazar un cambio completo en los poderes del tratado de la OMS de 2005 como meras «enmiendas» a un tratado ratificado. Es decir, la OMS y la Administración Biden afirmaron que la aprobación de las enmiendas no requiere un nuevo debate de ratificación por parte de los Estados miembros y quisieron crear un tratado completamente nuevo que trasladaría todas las decisiones sanitarias del ámbito nacional o local a Ginebra, Suiza y la OMS.
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El nuevo tratado disfrazado de enmienda al Reglamento Sanitario Internacional centralizaría las decisiones sanitarias del ámbito nacional o local en la OMS (Foto: Philippe Merle / AFP)
El contenido de las enmiendas propuestas no se hizo público hasta el 12 de abril de 2022, cuando un investigador las descubrió. El 6 de mayo, la administración Biden finalmente publicó las enmiendas para comentario público, pero el tiempo para registrarse expiró después de 24 horas y estaba abierto solo para ciertas minorías.
Algunas enmiendas «propuestas»
La «propuesta» de enmienda, titulada oficialmente «Fortalecimiento de la preparación y la respuesta de la OMS a las emergencias sanitarias: Propuesta de enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional», fue presentada por la Subsecretaria de Asuntos Mundiales (OGA) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Loyce Pace:
- Establece un «Comité de emergencia» para evaluar las amenazas para la salud y los brotes y recomendar respuestas.
- Establece un «mecanismo de revisión de países», parecido al de derechos humanos de la ONU, para evaluar el cumplimiento de los países con varias recomendaciones/requisitos de la OMS respecto a la preparación para una pandemia, incluidas las medidas de vigilancia y notificación. Se emitirían requisitos a los países para que los cumplan cuando sus programas internos se consideren inadecuados, a petición de otro Estado parte (país).
- Amplía el poder del Director General de la OMS para declarar pandemias y emergencias sanitarias y, por lo tanto, recomendar el cierre de fronteras, la interrupción y la eliminación de los derechos de viaje y los posibles requisitos internos de «bloqueo» y enviar equipos de personal de la OMS a los países para investigar los brotes, independientemente de los hallazgos del comité de emergencia y sin consentimiento del país donde se registra la instancia.
- Reduce el período de revisión habitual para que los países discutan internamente y optar por no participar en tales mecanismos a solo 6 meses (en lugar de los 18 meses del RSI original), y luego implementarlos después de un período de aviso de seis meses.
- Faculta a los Directores Regionales, de los cuales hay seis, para declarar «emergencias de salud pública» regionales, independientemente de una decisión del Director General.
Por otra parte, el nuevo Tratado sobre las Pandemias dará a la OMS la facultad de imponer pasaportes de vacunas e inyecciones de covid en todo el mundo. Están trabajando en la creación de un programa mundial de pasaporte vacunal/identidad digital.
La reacción del Sur Global: No son cuentos de soberanía
Un grupo de 47 países africanos emitió una declaración negando su apoyo mientras Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Irán y Malasia hicieron lo mismo, manifestando su preocupación ante la cantidad desmesurada de poder para tomar decisiones, en países soberanos, sobre cómo vive la gente y cómo lidian con las pandemias, desde confinamientos hasta mandatos sobre tratamiento.
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Países del Sur Global rechazaron el intento de golpe furtivo en la OMS en defensa de la soberanía propia (Foto: Archivo)
Los representantes del Sur Global también rechazaron el Tratado sobre Pandemias y, tras la falta de consenso, se acordó volver a discutir ambas propuestas en la Asamblea de 2024.
Voces y actores han manifestado que ambos cambios propuestos por Estados Unidos representan una amenaza para la soberanía de los países, una de las más críticas es la del periodista y autor Nick Corbishley, quien afirmaba antes de la Asamblea que la OMS «solo tiene un rol consultivo. Solo puede hacer recomendaciones a los estados miembros y depende de las naciones participantes decidir si implementan esas recomendaciones y cómo las implementan».
En temas de soberanía sobra tela que cortar respecto a la pandemia que aun no finaliza. Estados Unidos sostuvo su estrategia de cambio de régimen contra Venezuela en momentos en los que el mundo se mantenía convulso por el aumento de casos de covid-19. Además de las medidas de bloqueo económico también ocurrieron episodios como la operación Gedeon en mayo de 2020 en la que, tanto desde Estados Unidos como de Colombia, se lanzó una ofensiva militar con mercenarios contra el gobierno nacional.
Cabe preguntarse qué habría pasado en Venezuela, Irán, Cuba o Nicaragua si la OMS, financiada por el 1% más rico del planeta encarnado en Bill Gates, hubiera tenido las facultades propuestas por Estados Unidos durante la pandemia. Corbishley ha señalado que el concepto de un comité de cumplimiento, si se implementa, será «casi como para vigilar las acciones de cada estado miembro. Es probable que los países que corren mayor riesgo de perder la mayor parte de su soberanía en este tipo de escenario sean países más pobres y pequeños».
Se han observado casos similares en los últimos 15 a 20 años en la Organización Mundial del Comercio, donde las corporaciones globales pueden demandar a los gobiernos nacionales en un tribunal internacional por infringir sus ganancias o incluso amenazar sus ganancias futuras, dijo Corbishley: «Afecta mucho más a los países pobres, a los países más pequeños porque no tienen el dinero para poder pagar este tipo de demandas, no tienen la influencia diplomática a nivel internacional para poder resistir estas cosas».
Lo universal no es global
F. William Engdahl, investigador económico, historiador y periodista independiente, ha puntualizado que la mayor parte del presupuesto de la OMS procede de fundaciones privadas vinculadas a las vacunas, como la Fundación Gates, o de las grandes farmacéuticas (Big Pharma), lo que supone un enorme conflicto de intereses.
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Las fundaciones ligadas a Bill y Melinda Gates aportan más fondos a la OMS que Estados Unidos y China (Foto: Archivo)
Loyce Pace es exdirectora del Consejo Mundial de la Salud, entre cuyos miembros se encuentran grandes farmacéuticas como Pfizer, Lilly, Merck, J&J, Abbott y AVAC, financiada por Bill Gates, por nombrar algunos. Sus propuestas para la transformación radical de los poderes «pandémicos» y epidémicos de la OMS, podrían haber sido fácilmente escritas por Gates y la Big Pharma global privada.
Entretanto varios de los países que rechazaron las enmiendas quieren que la OMS ordene globalmente la atención médica universal, que apareció como la falla estructural más grave en los países que profesan el dogma neoliberal. Un informe de The Lancet publicado en febrero de 2021 reveló que el 40% de las muertes por covid en Estados Unidos eran evitables, por lo que ese país necesitaba para «ya» un sistema de atención médica universal.
Fuente: Misión Verdad