Por Gabriella Cultelli.
Para el que no quiere sopa tres platos, y una nueva elección sumada a otra consulta popular se sucedió el pasado domingo en Venezuela. La democracia representativa y la democracia directa se daban la mano en locales de votación vecinos.
Por un lado, el pueblo eligió sus Alcaldes/as y representantes de gobiernos de cercanía. Por el otro, y bajo el formato de consulta popular la Comuna Joven aprobaba el proyecto que se realizaría a la brevedad y por ellos y ellas. Que la prensa de derecha diga lo que quiera, pero lo cierto es que 6,3 millones de personas (casi 2 Uruguay) asistieron a las urnas, superando el 44% del total de habilitados en una elección no obligatoria, porcentaje importante si lo comparamos con similares sufragios a nivel internacional (Alcaldías, Municipales).
De un total de 335 Alcaldías 285, o sea el 85%, fue para la coalición de izquierda en el Gobierno (Gran Polo Patriótico), y las otras 50 para varios de los partidos de derecha en la oposición, o sea el 15%.
En este caso, las formas de votación fueron las mismas que en las votaciones anteriores a Presidente, Legislativas y de gobernadores/as. O sea, digitales y en urnas con papel. La persona llega al lugar de votación y se identifica digitalmente con su huella, luego pasa a la mesa y al apartado para votar dónde a través de una máquina indica su voto y lo verifica antes del ok final, allí se emite un papel donde verificar de nuevo el voto que finalmente lo deposita en una urnas. La mesa cuenta con tres personas, más los delegados (que aquí se llaman testigos), de los distintos partidos. Se agregan un cúmulo de auditorías antes, durante y al finalizar el proceso que hacen al sistema inviolable, porque el único intento de fraude (no lo pudieron llevar a cabo) demostrado, que hubo con este sistema de votación, fue el de Edmundo Gonzales y ese sector de la derecha venezolana contra el Presidente Maduro hace un año.
Pero hubo más, fue hora también y una vez más de la democracia directa. Allí se votaron los proyectos a financiar y llevar adelante en cada Comuna. Este tipo de consulta popular se hace cada 3 meses, pero lo diferente está vez fue que quienes definieron los proyectos fue la Comuna Joven. O sea, los y las jóvenes definieron 7 proyectos, para que con la votación de todos y todas se eligiera uno para llevar adelante transfiriendo los recursos necesarios a la Comuna y con trabajo de la misma Comuna.
De hecho allí pudimos observar proyectos deportivos, culturales, educativos, productivos. Por ejemplo, vimos uno que en vez de pedir recursos para comprar balones (pelotas) solicitaba el financiamiento para elaborar o producir los balones. Es que este pueblo resiste y avanza sobre un bloqueo que le impone más de mil medidas restrictivas, con su propio esfuerzo.
En una de las aulas tomadas como centro de votación para la ocasión, nos detuvimos a observar, los sencillos pero completos murales en cartulinas, muy didácticos, sobre obras como La Metamorfosis de Kafka, Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez, Orgullo y Prejuicio, Romeo y Julieta, junto a otro mural, también en cartulina, que se expresaba sobre la trata de personas, conjunto gráfico que hablaba de la excelencia educativa.
Pero en esas calles tranquilas de un día en el que verdaderamente las formas de democracia directa y representativa se pusieron de fiesta en total paz y tranquilidad, pudimos visitar una policlínica cercana. Allí una Dra. y dos enfermeras cubanas desbordaban solidaridad. Y por todas partes en la policlínica, carteles que confirmaban la presencia de la Gran Misión Venezuela Mujer, enfocada, en este caso, a la tan necesaria atención de salud.
En la previa
El miércoles y jueves 23 y 24 se desarrolló desde el Instituto Simón Bolívar y la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad un foro por Una Humana Humanidad que no solo trajo elementos de análisis de coyuntura, si no que desde nuestras raíces se planteó alternativas para los tiempos que corren en el cual tuvimos el honor de participar junto a grandes intelectuales del continente y el mundo.
El viernes la convocatoria fue por la Paz mundial, y se sumó un encuentro de Alba Movimiento. La tarde la compartimos con las madres, y allí estaban las madres de la plaza de Argentina, Aleida Guevara y madres de los 252 venezolanos migrantes que fueron secuestrados en EEUU y encarcelados en un campo de concentración en El Salvador. Muchos de esos jóvenes también estaban.
Sin la fuerza de las mujeres, de las madres, es imposible construir la paz.