domingo, diciembre 22, 2024
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Puerto Rico. La necesidad de preservar la memoria de lucha. Por Carlos Aznarez

Carlos Alicea Negrón, es un luchador puertorriqueño perteneciente al Movimiento Ñin Negrón, formarción que junto con otras agrupaciones  y partidos aspiran a la independencia de Puerto Rico. Con él conversamos sobre por donde se perfilan los actuales pasos para generar una real posibilidad de romper las cadenas que atan a la Patria de Don Pedro Albizu Campos a la potencia colonial estadounidense.


-¿Cómo definirías el momento actual de Puerto Rico desde el punto de vista de las fuerzas populares?

-Actualmente en Puerto Rico estamos enfrentando una ola de exacerbación de las medidas neoliberales que se concretan con la privatización de una parte de  la producción de energía eléctrica. Esto ha generado una serie de protestas de diferentes grupos y sectores a lo largo y ancho de Puerto Rico. Se lleva luchando mucho en contra de la Junta de Control Fiscal que es el último instrumento que ha impuesto el gobierno de los Estados Unidos para perpetuar la economía extrativista de riqueza en Puerto Rico. Esto ha generado marchas,  protestas, caminatas, señalamientos, aunque sí sabemos que algunos sectores del pueblo se han dado cuenta de que la colonia es un negocio y el que en realidad gana en todo este proceso económico es EEUU. Estamos en el proceso de esa lucha y militancia a que esa concientización de lo que es la relación con Estados Unidos se concreten en más luchas para alcanzar la independencia en el país.

Carlos Alicea Negrón

-Desde esa resistencia ¿cuáles son los sectores más dinámicos que están participando de la misma?

-Los sectores más dinámicos son los estudiantiles. En esas universidades que están en las zonas  rurales de Puerto Rico se constituyen con participación de las comunidades, tenemos sectores trabajadores, específicamente, los maestros, compañeres de la Unión más importante y militante del país como son los trabajadores de la industria eléctrica pública y sectores populares que luchan por la independencia: el Frente Socialista, jornadas “Se acabaron las promesas” y otras organizaciones que fomentan, avanzan y promuevan esa lucha.

-¿Qué ocurre con el  independentismo puertorriqueño que no logra marcos de unidad como para generar una pelea más consistente ?

-Cambiaría un poco la pregunta sobre que no hay unidad. En Puerto Rico la única diferencia fundamental entre los sectores indepentistas, es que algunos creen que votando en las elecciones esto se convierte en un foro más de avance en la lucha por la independencia, y otros sectores que no están de acuerdo. Se ha proyectado eso como si fuera una división «sangrienta» entre los diferentes sectores, y aunque hay compañeros que  militan en los procesos anti electorales que se tiran a matar, en general la gran mayoría de los independentistas aparte de ese dicho «decidimos votar o no», trabajamos en conjunto continuamente en muchas actividades.

Creo que cuando se utiliza ese argumento se tiende a minimizar, la capacidad represora y represiva del imperio y sus lacayos en Puerto Rico con respecto a la independencia. No creo que no exista unidad en la lucha por la  independencia. Hay diferencias ideológicas y diferencias personales pero en la organización que yo trabajo lo hacemos en unión con otros sectores independentistas. Por ejemplo, se da el caso del Partido Independentista Puertorriqueño, que está abogando por un supuesto proceso de descolonización que nosotros creemos que está errado, pero eso no quita que cuando llega la hora de marchar en defensa de los recursos naturales lo hagamos con otra gente del independentismo. Ahora mismo estamos en un campamento de formación política donde somos cinco organizaciones independentistas: “Se Acabaron Las Promesas”, el Movimiento Ñin Negrón, el Frente Socialista, el Movimiento 29, el Instituto de Relaciones Internacionales y el Partido Independentista Puerto Rico.

Allí nos encontramos todos en base a un objetivo común, esto contrasta con la idea de que estamos divididos.

 –Tocaste un tema interesante porque desde afuera las cosas se pueden ver totalmente diferentes y además eso se da también por  falta de información ya que Puerto Rico es un país aislado comunicacionalmente. ¿Qué tipo de represión sufren constantemente los puertorriqueños?

-A los más militantes directamente los arrestan y llevan a la cárcel. Por ejemplo, nosotros tenemos a Nina Droz quien sufrió 5 años de cárcel por el simple hecho de entrar a un banco en la marcha del 1 de mayo ,  y prender supuestamente un fósforo. A partir de allí dijeron que iba a incendiar todo el edificio y por eso estuvo 5 años en prisión hasta la actualidad. Aunque salió bajo palabra la siguen persiguiendo y monitoreando. Recienemente tuvo un pequeño altercado y eso llevó a que violando todos los derechos civiles que tiene como ciudadana la volvieran a meter en la cárcel. Asimismo, a los más militantes los meten en las cárcel o sufren procesos ilegales y están completamente neutralizados. También les aplican mucha vigilancia electrónica para tenerlos controlados.

Por otro lado, hay una represión y una violencia económica brutal, la mayoría de los luchadores de independencia están completamente desahuciados y marginados.

Además, vivimos una censura total, los mensajes independentistas en Puerto Rico se restringen  siempre. Los medios corporativos evitan nuestras declaraciones o comunicados y promueven las narrativas hegemónicas del imperio.

Nina Droz, el día que la excarcelaron.

-¿Cómo se vive en la juventud y las nuevas generaciones la experiencia no acabada todavía de esos luchadores como los Macheteros, hombres y mujeres que ha luchado durante años e incluso han dado la vida por la independencia? ¿ Qué recuerdo hay de ellos y que recogen de su legado las nuevas generaciones?  

-Partamos del  hecho que nada de eso se enseña en las clases de historia de Puerto Rico, como son las gestas de resistencia, grupos clandestinos y Macheteros, entre otros organizaciones de lucha armada que surgieron en los 70 en el país. Sin embargo, cuando los compañeres jóvenes y el pueblo en general escuchan las historias de lucha de estos hombres, los respetan y admiran. Caminé muchos años por la liberación de Oscar López Rivera, durante una de las campañas de las que me siento orgulloso de participar. A pesar de que la gente tenía ideologías diferentes, el pueblo se volcó en una lucha total por su libertad. Ellos lo llevaban con honor y dignidad. Pero ¿cómo hacer para convertir ese orgullo y amor a la nacionalidad y transformarlos en defensores de la independencia?

Es un trabajo que no se está haciendo de pleno como movimiento independentista de liberación nacional porque para algunos resulta tedioso  y difícil, y existe la creencia esa de  que tenemos que alcanzar una mayoría para aspirar a la independencia. No obstante, hay muchas organizaciones que estamos haciendo el ejercicio de seguir reviviendo y contando esa historia, al decir que somos pueblo de resistencia y lucha. Cuando hablamos de todos los hombres y mujeres que lucharon aquí o junto a otros pueblos, como es el caso de quienes pelearon en la Manigua cubana, o en Venezuela. Es el caso de María Mercedes Barbudo, conspiradora que fue a Venezuela y luchó junto a Simón Bolívar, ella fue desterrada de Puerto Rico. Esto no se le cuenta a la gente. O Mariana Bracetti, a quien en  la historia oficial se la pinta como la que bordó la bandera, pero no dicen que creó varios grupos clandestinos y secretos que conspiraban y organizaban el Grito de Lares.

En los años 50, nadie dice que el cuerpo de seguridad de Pedro Albizu Campos eran todas mujeres, las que lo  defendían frente a la represión, pero son historias ocultadas y cuando nosotros comenzamos a decirlas, la gente las toma con mucho orgullo. Por eso es un paso importante que se difundan. Y hay más en lo que hace a  las mujeres luchadoras puertorriqueñas, como es el caso de Doris Torresola, Cármen Valentín Pérez, Blanca Canales y tantas otras.

Al decirnos a contar cada  una de esas historias convertimos ese sentimiento de dignidad y orgullo en militancia, y aquí hay que tener siempre en cuenta cuán brutal es la propaganda hegemónica del imperio en lavar la conciencia a la gente.

-¿Cuál es la relación entre este orgullo puertorriqueño y la diáspora?

Viví 22 años en EEUU. Yo iba muy joven allí  y era muy chauvinista con respecto al exilio, y ellos me enseñaron a punta de trabajo y toma de conicencia. Hay que entender que  el exilio puertorriqueño es tanto aún más puertorriqueño que los que vivimos en Puero Rico. La lucha de resistencia en contra del racismo y la marginación racial comunitaria que sufrían allí los puertorriqueños ha sido un crisol de lucha por la independencia. Muchas iniciativas importantes de lucha se han dado en la comunidad puertorriquea que vive fuera del país. El ejemplo principal, es que todo el mundo habló de Óscar  Lopez Rivera y las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, un grupo clandestino de lucha armada que nace en Chicago, en los Estados Unidos.  La lucha clandestina armada también tiene sus raíces en ese exilio en Estados Unidos. Aunque hay un desgaste en ese proceso, porque al vivir allí hay sectores de esa comunidad que se identifican y se hacen adeptos al sistema estadounidense. El reto que tenemos más claro es el choque que hay entre esa puertorriqueñidad y algunos sectores del liderazgo político que se han adherido al partido Demócrata de EE.UU. Ahora por ejemplo enfrentamos un reto serio, que son unas acciones legales llevadas adelante por congresistas de descendencia puertorriqueña  que empujan medidas coloniales. Pero a pesar de eso, hay que valorar mucho el trabajo del exilio para mantener la reivindicación nacional puertorriqueña.

Otro ejemplo importante son los Young Lords, jóvenes a  los que calificaban de ser una pandilla, que nacen originalmente en Chicago pero en New York se replican y se convierten en una fuerza revolucionaria que toman hospitales para que los puertorriqueños tengan acceso a la salud pública. También toman escuelas e implementan planes, copiando el proyecto de los programas de desayuno de las personas pobres y lo hacen en las comunidades puertorriqueñas, forzando en esas comunidades a que contribuyan a la salud y bienestar de la gente, y finalmente toman una postura de lucha por la independencia de Puerto Rico.

Fuente: Telesur

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