La Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad Capítulo Argentina, celebra la cancelación por parte de Estados Unidos de medidas específicas que agravaron el severo bloqueo al que desde 1962 someten a Cuba:
Exclusión de Cuba de la lista del Departamento de Estado, de países supuestamente patrocinadores del terrorismo.
Hacer uso se la prerrogativa presidencial para impedir que se pueda tomar acción en tribunales estadounidenses ante demandas judiciales presentadas al amparo del Título III de la Ley Helms-Burton.
Eliminación de la lista de entidades cubanas restringidas que designa a un grupo de instituciones con las cuales se prohíbe a ciudadanos e instituciones estadounidenses realizar transacciones financieras lo que ha tenido efecto en terceros países.
Dado el momento y la oportunidad escogidos por el gobierno saliente de los Estados Unidos, la Redh espera que las justas medidas constituyan claramente pasos decisivos en orden a la eliminación total del bloqueo y no una provocación de política interna.
Cada año el mundo, con mayoría casi total de votos en las Naciones Unidas, exige el cese de un esquema de opresión que vulnera el derecho internacional y que ha provocado y provoca enorme sufrimiento a generaciones de ciudadanxs cubanxs, fomentando diásporas no voluntarias y falta de condiciones de vida y de destino a una población laboriosa y con gran formación profesional y humana.
La Redh valora también la decisión del gobierno cubano de otorgar la libertad a un importante número de detenidos en el marco de su legislación interna. Gesto coherente con el ideario de su revolución humanista, el acontecimiento se enmarca asimismo en el espíritu del Jubileo 2025 declarado por el Papa Francisco, activo promotor de la recuperación de la confianza en los valores del ser humano.
A fin de acompañar decisiones tan positivas, lxs integrantes de la Redh reclamamos al gobierno argentino corrija su decisión de no proporcionar combustible a la línea de bandera cubana a fin de respetar nuestra legislación interna que prohíbe a nuestro país aplicar por extraterritorialidad sanciones de terceras naciones, sumándonos de esta manera a la condena mundial del bloqueo como herramienta de dominación criminal.