Palestina. Katiuska Blanco
Detener el genocidio en Gaza debe ser el primer y más urgente reclamo en el Día Internacional de la Mujer. No existen otros derechos sin el primero, el derecho a la vida propia, el derecho de nuestras familias y del pueblo al que pertenecemos a existir. Ante el exterminio brutal no es posible la indiferencia o el olvido. Alzamos hoy nuestras voces por las mujeres de Palestina.
Bajo los bombardeos y los escombros, sin paz, sin familia, sin alimentos, sin asistencia sanitaria, sin escuelas, sin universidades, sin trabajo, sin casa ¿cómo es posible vivir?
Después de la dominación británica en los primeros decenios del siglo pasado y de la imposición colonial a Palestina, en 1948, de un Estado sionista ajeno que discrimina, humilla y mata persistentemente durante 75 años, allí en la llamada tierra santa, ¿cuánto dolor puede soportar una mujer que pierde diariamente a sus hijos, nietos, padres, esposos y hermanos? Todos los derechos han sido arrasados allá y ha quedado al desnudo la criminal hipocresía imperial occidental.
Las mujeres son la fuente de la sobrevida de una nación, de un pueblo, una cultura, una identidad y por esa misma razón, son el blanco principal de las agresiones, la invasión y la muerte. Para ellas, que resisten y luchan, nuestra solidaridad y el reclamo de un alto al fuego, en este día de herencia combativa de la historia de aquellas que no se plegaron nunca ante las dominaciones y la opresión.
¡Viva Palestina Libre! ¡Vivan las niñas y mujeres palestinas!