Tenemos el deber de seguir y continuar el ejemplo, de palabra y obra, que Pablo González Casanova nos hereda. Sus años de lucha, su pensamiento y tesoro teórico, son vida para nuestras generaciones y las venideras. Un luchador con los pies bien puestos en la tierra, su tierra y la tierra de los pueblos de quienes recogió saberes y praxis para una moral y luces, inclusivas e incluyentes, en todas nuestras militancias. Es fundador de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad y ahí ocupará siempre un papel principal como orientador en las batallas contra todas las formas de la explotación. Nosotros nos hemos beneficiado de sus batallas. Como él sin cansancios ni claudicaciones, aprendimos que debemos luchar y amar como le gustaba insistir, para la lucha por la libertad, la justicia y la democracia, es decir la vida misma. La coherencia. El tamaño latinoamericano de Pablo González Casanova es el tamaño de su lucha.
Con Pablo González Casanova todo es deuda, pero de esas que uno conserva siempre porque son deudas que enriquecen, que son impagables y eso se agradece; que son deudas del corazón que perfuma la razón con ejemplos concretos y revolucionarios. Nos ha privilegiado durante muchos años su figura y su moral de lucha, dispuesto siempre para la crítica al poder y la pasión por la verdad en defensa de los oprimidos. Don Pablo gestó una obra intelectual para la humanidad y lo agradecemos, endeudados, porque siempre nos ayuda a trabajar por el enriquecimiento de los valores y tradiciones más dinámicas de los pueblos en lucha. Todo es compromiso.
Memoria eterna para Pablo González Casanova. Memoria viva y en pie de lucha.
18 de abril de 2023
Red en Defensa de la Humanidad