viernes, agosto 22, 2025
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Extractivismo simbólico en la batalla cultural burguesa.

Por Fernando Buen Abad.

En la actual batalla cultural, dominada por los aparatos ideológicos de la burguesía y por su ingeniería de sentido, emerge con fuerza una operación sistemática y devastadora: el extractivismo simbólico. El extractivismo es un modelo que se encarga de saquear riquezas naturales para exportarlas sin valor agregado.

En el campo simbólico no se trata sólo de una forma avanzada de apropiación cultural, sino de una emboscada ideológica al servicio del capital, para que los signos, significantes y sentidos, que emergen del campo popular, indígena, feminista, obrero o revolucionario sean extraídos, vaciados de su contenido emancipador y reinyectados al mercado cultural como mercancías amorfas, despolitizadas, fragmentadas o invertidas. “For export”

Entendemos el extractivismo simbólico como un proceso sistemático de apropiación, vaciamiento y desfiguración ideológica de signos y discursos secuestrados por las clases dominantes. Así como el extractivismo económico expolia recursos naturales del sur global, para beneficiar a las metrópolis capitalistas, el extractivismo simbólico despoja a los pueblos de sus símbolos, mitos, consignas, palabras y estéticas revolucionarias para reconfigurarlos en claves funcionales al orden hegemónico.

Este fenómeno opera como una forma semiótica de acumulación por desposesión y desfiguración, donde los bienes comunes simbólicos —la memoria histórica, las luchas populares, la estética insurgente— son sometidos a una lógica de extracción, apropiación privada y circulación mercantil. Es una forma de colonialismo comunicacional que actúa en el plano de los signos, saqueando la riqueza semántica de los pueblos para alimentar los circuitos de la hegemonía cultural capitalista.

Proceso del extractivismo simbólico

  1. Identificación del signo disruptivo: La burguesía y sus operadores culturales detectan signos con densidad simbólica profunda, emergidos de luchas populares.
  2. Despolitización y estetización: Se vacía el contenido histórico, militante, crítico del signo. Se lo estetiza y se lo convierte en mercancía emocional o lifestyle.
  3. Reinyección como producto de mercado: El signo vaciado regresa al campo social como producto comercial, espectáculo o moda.
  4. Neutralización del potencial revolucionario: El signo deja de ser peligroso y su circulación anestesia la conciencia social.

Lo han hecho con la figura del Che Guevara, el feminismo de mercado y el indigenismo, apropiando símbolos de los pueblos para convertirlos en mercancía sin devolución material ni respeto al derecho colectivo.

Los costos del extractivismo simbólico incluyen colonización del inconsciente colectivo, dislocación del vínculo entre símbolo y praxis revolucionaria, desmoralización política y nihilismo cultural.

Defensa y contra-hegemonía

Combatir el extractivismo simbólico exige una Filosofía de la Semiosis transformadora, semiótica militante y organizada desde los pueblos en lucha. Re-politizar los signos, blindar el sentido, reconstruir redes colectivas de producción simbólica, recuperar memoria, lenguajes y estéticas, construir medios y escuelas desde abajo. Contra-hegemonía organizada para articular luchas culturales, comunicacionales, pedagógicas y artísticas.

Porque quien domina los signos, domina el horizonte de lo posible. Y en cada signo secuestrado, hay una revolución congelada.

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