Mariana Rodrigues es una activista de la Generación Z, nacida en Portugal. Es organizadora y formadora de movimientos sociales, con experiencia en redes internacionales y un fuerte interés por el trabajo en equipo y por los enfoques interseccionales revolucionarios. Es optimista y se siente frustrada por el estado del mundo, una maestra de la improvisación y mucho más emprendedora que escritora.
Mariana se unió al movimiento estudiantil como organizadora y líder durante sus estudios universitarios y ha participado activamente en luchas sociales desde 2017. Empezó participando en Amnistía Internacional a nivel nacional e internacional, así como en organizaciones y campañas de educación no formal. Gradualmente, se incorporó a organizaciones de base, como el movimiento LGBTI, la lucha contra los tratados de libre comercio y el ambientalismo. En 2019, se involucró en Extinction Rebellion y, posteriormente, en Climáximo, donde continúa su militancia.
Desde 2019, Mariana ha organizado decenas de acciones directas y masivas a nivel nacional e internacional, ha facilitado y liderado espacios de coordinación para el movimiento por la justicia climática a nivel europeo y global (By 2020 We Rise Up, el Acuerdo de Glasgow y la Conferencia Social de la Tierra), y ha liderado la campaña contra el gas fósil en Portugal. Es formadora y organizadora, con experiencia en diversas áreas como la comunicación, la divulgación, las finanzas, la acción y el bienestar.
All in (“Todo adentro: una teoría revolucionaria para detener el colapso climático”)
CI.- ¿Qué hemos hecho como revolucionarios en el último siglo y medio? ¿Qué tan cerca estamos de la posibilidad real de cambiar el mundo? ¿Por qué seguimos con los mismos planes de acción desde el movimiento social, cuando la realidad cambió? Estas son preguntas urgentes, que nos comparte el libro All IN.
Colombia Informa entrevistó a Mariana Rodrigues, coautora del libro All IN. En sus propias palabras, es optimista y frustrada con el estado del mundo.
Colombia Informa: En su libro proponen un plan para construir un movimiento global de izquierdas que impulse una revolución a corto plazo. ¿Eso qué significa?
Mariana Rodrigues: Sí. En pocas palabras, eso es. Ese llamado se basa en todo el trabajo internacional de los últimos años, en todas las conversaciones con organizadores, todos los espacios de coordinación de los que formamos parte o que creamos.
Sentimos que algo falta, algo necesario que no estábamos haciendo. Ese es el primer paso: aceptar la tarea que tenemos ante nosotros, acabar con el capitalismo a corto plazo como la única forma posible de detener el colapso climático y social.
El libro busca identificar cuáles son las tareas pendientes que, como movimiento necesitamos emprender para alcanzar ese objetivo. Y sí, creo que es posible, somos capaces de lograrlo.
CI: El libro inicia con una lista de momentos revolucionarios de la comuna de París en adelante. Usted habla de una nueva generación de organizadores de los movimientos de justicia climática en Europa, entre otros, que saben muy poco de los ejemplos históricos. ¿Cuáles son los ejemplos y acontecimientos históricos que le gustaría que los organizadores tuvieran más en cuenta?
Mariana Rodrigues: Tenemos que aprender de las revoluciones del pasado. Hoy en día muchas personas no vemos más allá de Martin Luther King, Gandhi y demás. Son ejemplos necesarios, pero no suficientes.
Mucha de la nueva generación de organizadores en Europa ha perdido la conexión con la herencia de las revoluciones sociales del pasado, así como con toda la resistencia contra el capitalismo y el colonialismo.
¿Cómo elaboraban sus estrategias? ¿Cuáles eran sus ambiciones? ¿Cuáles fueron sus errores? ¿Por qué hicieron lo que hicieron en el contexto en el que estaban? ¿Cómo podemos aprender de ello? ¿Cómo podemos cometer nuevos errores? Esto es especialmente importante cuando no solamente tenemos que hacer lo que ellos y ellas hicieron, sino hacerlo a nivel global y qué errores cometeremos, por lo que debemos ser humildes y aprender del pasado.
Últimamente, he estado leyendo de Amílcar Cabral, que es uno de los revolucionarios de Guinea-Bissau y Cabo Verde. He aprendido mucho de él. Ha sido muy agradable leer sus pensamientos y encontrar muchas de mis preguntas y retos en sus discursos. Me da fuerzas para seguir adelante.
CI: Hablan de un nuevo tipo de internacionalismo que debe iniciarse en un movimiento global. La propuesta concreta que hace es una estructura coordinada que denomina movimiento como partido. ¿Es como un partido y cómo debería organizarse? ¿Quién decide quién participa y toma las decisiones?
Mariana Rodrigues: El partido puede significar cosas diferentes para personas diferentes. Nosotros nos referimos al partido como una organización con reglas y procedimientos de funcionamiento interno, que tiene una propuesta visionaria para la sociedad.
Nos preguntamos cuál es el modelo de partido que se necesita hoy en día. No puede ser el mismo que antes. Tenemos nuevas formas de organizarnos y de trabajar en torno al poder y a diferentes culturas.
Así que tenemos que incluir diferentes tácticas y heterogeneidad organizativa. Necesitamos tener un movimiento global que tenga reglas y procesos internos y que tenga una propuesta visionaria. Hablamos de acordar una visión compartida, un horizonte común, lograr actuar conjuntamente para poder salirnos de este lío llamado capitalismo.
Necesitamos hacer converger a nivel global diferentes organizaciones de masas que tienen una tarea conjunta: desmantelar el capitalismo antes de que se instale la barbarie.

De esa convergencia se abrirá un espacio para hablar unos con otros, aunque no nos caigan bien todos o no estemos de acuerdo. Pero debemos converger para coordinarnos y organizarnos.
Algunos movimientos, como el de la justicia climática y muchos otros, ya tienen plataformas internacionales y están intentando organizar o coordinar, que se llenan de agendas y actividades. Pero lo que falta es la propuesta, la visión de otro futuro para la sociedad, el horizonte general, el cual puede impulsar cambios reales.
Una de las grandes preguntas es cómo podemos generar un compromiso real, ser responsables los unos con los otros.
En estos espacios nacionales o internacionales que tenemos hoy, no somos responsables unos con otros. Vas a una conferencia o a una reunión y dices: «Voy a hacer esto», y luego no lo haces. Nadie siente que necesita informar a los demás ni explicar por qué no sucedió, por qué no funcionó, qué aprendimos de ello y cuáles son los próximos pasos para lograr nuestra tarea y acuerdo.

Protestas antiglobalización en Seattle, Estados Unidos, ocurrieron en noviembre de 1999 y son conocidas como la «Batalla de Seattle». Estas protestas dieron origen al movimiento antiglobalización, que se opone a la globalización neoliberal y a las grandes corporaciones multinacionales.
CI: ¿Qué significaría realmente desmantelar al capitalismo, derrocar a los Estados-nación y al orden internacional en su núcleo? ¿Y cuál sería la visión para el futuro más allá de este orden?
Mariana Rodrigues: Sí, sí y sí. Definitivamente, creo que hay muy buenas preguntas. Así que, sí, para responder a tu pregunta, sí, significa derrocar las instituciones existentes. Una revolución no se hace en un día, ¿verdad? Y ya hay un proceso en marcha.
En términos de cuál es el futuro más allá de eso, es algo que tenemos que discutir entre nosotros, ¿verdad? Y creo que eso forma parte del acuerdo.
No decimos explícitamente en el libro cómo lo percibimos exactamente, aunque señalamos cuatro ideas diferentes, como socialismo, justicia global, justicia climática, que tienen su significado.

CI: Yendo un poco más al nivel individual, porque en el libro hablan bastante del tema, como el cambio de comportamiento de los y las activistas o como un compromiso diferente y que todos tenemos que reflexionar. También ser honestos sobre los fracasos pasados y los futuros fracasos. Pero también afirma que esta nueva forma de organización cambiaría radicalmente nuestras vidas. ¿Podría explicarnos qué significa eso?
Mariana Rodrigues: Creo que, cuando decimos que aceptamos la tarea y asumimos dedicarnos a la tarea de ejecutar un cambio de sistema en 2030, hay muchas cosas que cambian en términos de las prioridades de la vida.
Pero no creo que sea solo eso; también nos damos cuenta de lo que significa vivir en crisis climática en este momento y los plazos que existen.
Eso por sí mismo cambia nuestras vidas, ¿verdad? Nuestras prioridades, lo que importa y se vuelve prioritario, es resolver los problemas.
Es un poco como lo que Greta dice acerca de que su casa está en llamas. Todo cambia. Es el amor por la gente, la que tienes a tu alrededor; las otras, es por el amor que sientes por la vida que luchas por ella.
Eso influencia la forma cómo tomamos decisiones, cómo percibimos lo que importa o no en cada momento, en cada reunión, en cada actividad que hacemos y cómo nos mantenemos enfocados y ¿cuál es el foco que estamos mirando? Y como mantenemos nuestros ojos en la pelota en un partido, debemos ponernos de acuerdo en cuál es la pelota.
Esa toma de conciencia te cambia radicalmente. Abre tu mente a otra posibilidad, da otra mirada al quehacer, a las pruebas y errores y cuáles son los aprendizajes que sacas de ello.
Creo que todo eso cambia cuando tienes un plazo muy concreto para hacerlo y una tarea muy concreta. ¿Cómo percibes todo eso? Y, sí, para mí, ese es el mayor cambio. Y luego, por supuesto, como hay un nivel de compromiso, hay un nivel de entrega, entregarse a esa tarea, ¿verdad? Eso es necesario.

CI: Usted escribe que es necesaria una destrucción del capital sin precedentes que va de la mano de la ‘liquidación de todas las grandes corporaciones’ – y apuesta a que esto debe ocurrir antes de 2030. El otro bando no permitirá que esto suceda y dispone de recursos casi infinitos y de un complejo militar que responderá con una drástica fuerza armada. ¿Cómo integra esta amenaza en su teoría del cambio? ¿Necesita el movimiento prepararse para el combate?
Mariana Rodrigues: Ya estamos en combate. Basta ver cuánta gente es impactada por el cambio climático. Cuántas personas son asesinadas porque intentan luchar y proteger a sus comunidades.
No es un combate nuevo ni una situación nueva. Si nos fijamos en los diferentes ejemplos históricos que se dan en el libro, todos ellos tenían diferentes organizaciones que utilizaban diferentes tácticas y diferentes herramientas, incluidas las armas.
No decimos que el movimiento deba convertirse en un gran ejército; incluso en los ejemplos del pasado, muchas veces no había un gran ejército.
Pero sí necesitamos tener diferentes frentes con diferentes enfoques y sí, la realidad es que nos enfrentaremos a más y más violencia contra todos nosotros, independientemente de cómo actuemos. Por lo tanto, lo que podemos controlar es cómo nos enfrentaremos a ella.

CI: ¿Y qué desearía que hagan los lectores?
Mariana Rodrigues: Asumir la ambición y visión del Che o de Amílcar Cabral. En la última parte del libro explicamos cómo puede surgir un movimiento que detenga el capitalismo en poco tiempo.
También damos varias herramientas prácticas y organizativas en nuestro sitio web. Este libro es una herramienta de discusión y puesta en práctica para todas las personas que ven con sus ojos que otro mundo es posible, que no se trata de delegar esa tarea a otras personas futuras o abstractas. Depende de nosotros hacerlo realidad ahora.