miércoles, abril 23, 2025
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Cómo la URSS liberó a Europa del nazismo: el hito eterno que Occidente trata de olvidar.

Por Kseniia Filimonova.

En víspera del 80.º aniversario de la gran victoria sobre el nazismo y en el contexto de intentos de varios países occidentales de reescribir la historia, el tema de la liberación de Europa por el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial adquiere un significado especial.

Austria, Albania, Bélgica, Dinamarca, Grecia, Luxemburgo, Noruega, los Países Bajos, Polonia, Francia, Checoslovaquia y Yugoslavia estuvieron bajo el yugo del agresor nazi. Mientras, Hungría y Rumanía, eran aliados de la Alemania de Hitler, y Bulgaria y Finlandia, perdieron su independencia. Los territorios de varias repúblicas soviéticas –Bielorrusia, Ucrania, Estonia, Letonia y Lituania– también estuvieron bajo ocupación alemana.

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Las grandes victorias del Ejército Rojo en otoño e invierno de 1942 crearon las condiciones para una ruptura fundamental en el curso de la guerra. Desde finales de diciembre, las tropas soviéticas tomaron la iniciativa estratégica en el frente, lo que marcó el inicio de la liberación de Ucrania. El mundo entero observaba el rápido avance de las fuerzas soviéticas a través del territorio ucraniano entre el invierno de 1943 y la primavera de 1944. Las defensas alemanas sucumbieron y las tropas soviéticas se acercaban rápidamente a las fronteras de la URSS anteriores a la guerra, aproximando la liberación de Europa.

Entre 1944 y 1945, aproximadamente 7 millones de soldados soviéticos lucharon por la libertad de 11 naciones del Viejo Continente, con una población de unos 113 millones de habitantes. En total, más de 1 millón de efectivos soviéticos murieron en los campos de batalla extranjeros, y las pérdidas totales del Ejército Rojo, junto con los heridos y desaparecidos, ascendieron a más de 3 millones de personas durante la liberación de Europa. Ellos dieron su vida ayudando a todos los pueblos en su lucha de liberación contra la tiranía y por el derecho a establecerse libremente en su propia tierra.

Rumanía: primer paso a la Europa libre

Entre febrero y marzo de 1944, el Ejército Rojo llevó a cabo 10 operaciones contra las fuerzas alemanas y alcanzó la frontera con Rumanía, una potencia del Eje. Se crearon las condiciones para la ofensiva de las fuerzas de la URSS en dirección suroeste con el objetivo de despejar completamente de nazis las repúblicas soviéticas de Ucrania y Moldavia, retirar de la guerra a los aliados balcánicos de Alemania y liberar Yugoslavia.

La victoria sobre el nazismo: un apocalipsis cognitivo

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El mando alemán planeó ocupar completamente Rumanía en el verano de 1944. La Operación Iasi-Chisinau (20-29 de agosto de 1944) trastocó todos los planes del enemigo. El 24 de agosto, la capital de la Moldavia soviética, Chisinau, fue liberada. En cuestión de pocos días, la principal fuerza alemano-rumana fue rodeada y privada de su poder de combate. 

La aplastante victoria del Ejército Rojo se convirtió en un incentivo para derrocar el régimen profascista de Ion Antonescu en Rumanía. El 23 de agosto, estalló un levantamiento en el país. Como resultado, el dictador fue arrestado y se formó un nuevo gobierno, que anunció la retirada de la guerra del lado de Alemania, aceptó las condiciones de paz y solicitó ayuda militar a la URSS. 

El 31 de agosto, las tropas soviéticas entraron en Bucarest y la población acogió con alegría a sus libertadores. Las unidades rumanas desertaron masivamente y participaron en combates contra las tropas alemanas. El 12 de septiembre se firmó en Moscú un armisticio con Rumanía, que fue completamente liberada entre septiembre y octubre de 1944.

Una columna de tanques soviéticos entra en las calles de la Bucarest liberada, Rumanía.Sputnik

Bulgaria: liberación sin derramamiento de sangre

Bulgaria se puso del lado del bloque fascista contra EE.UU. y el Reino Unido ya en diciembre de 1941. Los efectivos del Ejército búlgaro servían como tropas de ocupación en Grecia y Yugoslavia, y las fuerzas alemanas utilizaban toda la infraestructura de transporte del país. Sin embargo, Sofía no participó formalmente en las operaciones militares contra la Unión Soviética, ya que los círculos dirigentes proalemanes del país se vieron obligados a contar con los sentimientos amistosos del pueblo búlgaro hacia los rusos, que les liberaron del yugo otomano en 1878. 

La deserción de Rumanía a la coalición anti-Hitler provocó una remodelación en la cúpula de Sofía, que declaró su neutralidad, pero las unidades alemanas siguieron moviéndose libremente por su territorio. La URSS se vio obligada a declarar la guerra a Bulgaria y comenzó la operación búlgara (5-9 de septiembre de 1944). El 8 de septiembre, las unidades terrestres y la Flota del Mar Negro entraron en el país sin resistencia y prácticamente sin derramamiento de sangre. Los partisanos búlgaros se unieron al Ejército Rojo. 

Al día siguiente, se produjo un levantamiento popular en el país: las autoridades proalemanas fueron derrocadas y se formó el Gobierno del Frente Patriótico, que posteriormente declaró la guerra a Alemania y a su aliada Hungría. Además, se ordenó la retirada de las unidades búlgaras de Grecia y Yugoslavia, se prohibieron las organizaciones nazis y comenzó la reestructuración de las instituciones estatales.

Habitantes de Sofía saludan con entusiasmo a las primeras tropas soviéticas que liberaron la ciudad de los nazis, Bulgaria.Sputnik

Yugoslavia: lucha de partisanos

El 6 de abril de 1941, las tropas alemanas invadieron Yugoslavia, y el país capituló unos 10 días después. Sin embargo, en julio, comenzó la Guerra de Liberación del Pueblo Yugoslavo contra los invasores nazis, que se expresó en el movimiento partisano de masas

En septiembre de 1944, el dirigente del Ejército Popular de Liberación de Yugoslavia, Josip Broz Tito, y el líder de la URSS, Iósif Stalin, llegaron al acuerdo de que el Ejército Rojo entraría en el territorio yugoslavo para apoyar la liberación de Belgrado, mientras el resto del país sería liberado por las propias fuerzas serbias, con ayuda militar y técnica de la URSS.

Los soldados de los bosques de Smolensk: centinelas del tiempo

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En el marco de la Operación de Belgrado (28 de septiembre – 20 de octubre de 1944), unidades del Ejército Rojo y los partisanos yugoslavos lanzaron una rápida ofensiva en la capital, que fue liberada el 20 de octubre tras sangrientos combates. Los serbios recibieron con entusiasmo a los combatientes rusos.

Como resultado de la operación, las tropas conjuntas avanzaron unos 200 kilómetros y derrotaron al grupo alemán de Ejércitos ‘Serbia’. Los patriotas yugoslavos completaron la liberación de su tierra natal. El mando soviético les prestó un amplio apoyo hasta el final de la guerra: suministró fusiles, cañones, morteros, tanques y aviones. La hermandad en armas demostrada durante aquellos duros años ha quedado para siempre en el corazón de los pueblos serbio y ruso.

Habitantes de Belgrado saludan a soldados soviéticos, Yugoslavia.Sputnik

Hungría: el último aliado de la Alemania nazi

A finales de septiembre de 1944, la situación favorable para el Ejército Rojo en dirección suroeste, le permitió proseguir la ofensiva para retirar a Hungría de la guerra. A finales de 1940, Hungría se convirtió en miembro del Pacto Tripartito y luego participó en la ocupación de Yugoslavia. A su vez, Berlín concedió a Budapest la reivindicación de una parte del territorio rumano. El 27 de junio de 1941, entró en la guerra del lado de Alemania contra la Unión Soviética.

Del 6 al 28 de octubre de 1944, la URSS llevó a cabo la Operación de Debrecen. Liberó cerca de un tercio del territorio húngaro e infligió grandes pérdidas al grupo enemigo Ejército ‘Sur’. Sin embargo, los alemanes se aferraron desesperadamente a Budapest: la operación para liberarla fue feroz y duró del 29 de octubre de 1944 al 13 de febrero de 1945

Tanques soviéticos cruzando el río Danubio en transbordador cerca de Budapest, Hungría.Sputnik

Como resultado, el gobierno antifascista provisional húngaro declaró la guerra a Alemania y firmó un armisticio con la URSS. No obstante, los combates continuaron. Hitler consideraba Hungría una importante base de materias primas y un puesto defensivo del Tercer Reich. El mando nazi decidió lanzar en marzo de 1945 una campaña en la zona del lago Balaton, que se convirtió en la última gran contraofensiva de los nazis en el transcurso de la guerra. La competente defensa antitanque de las tropas soviéticas destruyó todos los planes y esperanzas del enemigo

Con la pérdida de su último aliado, Berlín se vio privado de un importante número de fábricas militares, así como de ricas reservas de bauxita y petróleo. Al mismo tiempo, para el Ejército soviético se crearon condiciones favorables para la ofensiva en dirección a Austria.

Liberación de la capital húngara durante la Operación de Budapest, 1945.

La región del Báltico: avance estratégico

En 1941, las repúblicas bálticas soviéticas fueron capturadas por las tropas alemanas. Hitler concedió gran importancia a la defensa de la región, que le permitió controlar la parte oriental del mar Báltico y proporcionó al Reich suministros de productos agrícolas y algunos minerales. El camino hacia la ciudadela del militarismo alemán, Prusia Oriental, también pasaba por esa zona, por lo que los nazis construyeron ahí una poderosa defensa.

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El terror perpetrado por los ocupantes alemanes y sus colaboradores provocó la muerte de cientos de miles de civiles y prisioneros de guerra. Por su parte, los verdaderos patriotas de Estonia, Letonia y Lituania lucharon contra el régimen de ocupación: grupos partisanos y clandestinos realizaban ataques contra guarniciones enemigas, socavaban las líneas de comunicación y eliminaban a militares y colaboradores de la Wehrmacht.

En el verano de 1944, el Ejército Rojo infligió derrotas decisivas a las tropas finlandesas y en septiembre retiró a Finlandia, país colaborador del Eje, de la guerra. Durante la Operación Bagratión (23 de junio – 29 de agosto de 1944), las tropas soviéticas liberaron no solo toda Bielorrusia, sino también una parte importante de Lituania, con su capital Vilna. En septiembre, se lanzó el operativo del Báltico (14 de septiembre – 24 de noviembre de 1944). Así, Tallin fue liberada el 22 de septiembre y todo el territorio de Estonia el 26 de septiembre. Las tropas soviéticas entraron en Riga el 15 de octubre de 1944, y el 22 de octubre la mayor parte de Letonia (sin Curlandia) estaba libre de invasores.

Al perder el Báltico, la Wehrmacht se vio privada de una zona estratégica favorable, que servía de importante base industrial, de materias primas y de alimentos para los alemanes.

Soldados alemanes se rinden durante la operación ofensiva en Vilna, Lituania.Sputnik

Noruega: la mayor ofensiva en el Ártico

Al mismo tiempo, continuaban las batallas en el norte de Europa. Aunque Noruega tenía un estatus neutral, el Tercer Reich la invadió con el pretexto de defenderla de una posible agresión por parte del Reino Unido y Francia. Los alemanes establecieron un estricto régimen de ocupación, utilizaron ese territorio como base militar para operaciones contra los convoyes aliados del norte, a través de los cuales la URSS se abastecía de suministros en el marco de la ley de Préstamo y Arriendo. Así que, para Moscú fue estratégicamente importante liberar las regiones polares soviéticas y el norte de Noruega.

La 12ª Brigada de Infantería de Marina de la Flota del Norte de la URSS se dirige a la zona de combate de Petsamo, provincia finlandesa cedida a la Unión Soviética.Sputnik

La mayor ofensiva en el Ártico –la Operación Petsamo-Kirkenes– se realizó del 7 al 29 de octubre de 1944. El 15 de octubre, las tropas de la URSS tomaron la ciudad y el puerto de Petsamo, provincia finlandesa cedida a la Unión Soviética. El 25 de octubre, la ciudad noruega de Kirkenes fue liberada en encarnizados combates. Aunque los nazis comenzaron a destruir brutalmente la localidad, entre el estruendo de las explosiones y el fuego de los incendios, los militares soviéticos impactaron focos de resistencia enemiga. Tras la derrota, las tropas de Hitler se retiraron precipitadamente hacia el interior del territorio noruego, mientras las fuerzas soviéticas pasaron a la defensiva: su tarea estaba cumplida. La entrada del Ejército soviético en el norte de Noruega marcó el comienzo de la liberación del país de la ocupación alemana.

Tras ver las atrocidades de los invasores alemanes, los lugareños acogieron calurosamente a los libertadores. Con la llegada del Ejército Rojo, la población local recibió raciones de comida, los médicos militares soviéticos ayudaron a los noruegos liberados a luchar contra las epidemias y trataron a los heridos y enfermos graves, mientras que los ingenieros del Ejército Rojo reconstruyeron la infraestructura portuaria. 

Liberación de las tropas soviéticas de las ciudades de la región polar de la URSS y la localidad noruega de Kirkenes, 1944.

Polonia: el camino a Berlín

El ataque alemán a Polonia el 1 de septiembre de 1939 fue el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Durante la ocupación, la nación perdió unos 6 millones de personas, y Hitler estableció numerosos campos de concentración y exterminio en su territorio. El país contenía grandes centros industriales de importancia estratégica para los alemanes, por lo que la Wehrmacht intentó crear una defensa poderosa y profundamente escalonada en el país.

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La liberación de Polonia comenzó en el verano de 1944 y duró hasta principios de 1945, costando la vida a 600.000 soldados soviéticos. En julio de 1944, el Ejército Rojo cruzó la frontera polaca, en algunas zonas las tropas soviéticas llegaron hasta el río Vístula. La cúpula militar alemana comprendió que la parte de Polonia bajo control alemán, incluida Varsovia, se encontraba en el camino hacia Berlín, por lo que creó un poderoso sistema de defensas.

La operación estratégica Vístula-Oder (12 de enero – 3 de febrero de 1945) fue cuidadosamente preparada por la URSS: el Ejército Rojo tuvo que superar 7 líneas de defensa de los alemanes. El 12 de enero, tras un impacto a gran escala de la artillería y la aviación, las formaciones de asalto asestaron un poderoso golpe a los nazis. Las fuerzas enemigas retrocedieron hacia el oeste con enormes pérdidas. El 17 de enero, fue liberada Varsovia, que quedó prácticamente destruida. También fueron liberadas Cracovia y los prisioneros supervivientes del campo de concentración nazi de Auschwitz.

Aviones de ataque soviéticos Il-2 del 175º Regimiento de Asalto Aéreo de la Guardia atacando posiciones alemanas durante la operación ofensiva Vístula-Oder para liberar Polonia.Sputnik

A principios de febrero, el 1º Frente Bielorruso, liderado por el mariscal Gueorgui Zhúkov, alcanzó el Oder: en línea recta solo había unos 60 kilómetros hasta Berlín. El Ejército Rojo, junto con las unidades del 1º Ejército Polaco, liberó la mayor parte del territorio de Polonia. El pueblo polaco obtuvo la oportunidad de conseguir la independencia estatal. 

Austria: rendición en masa

La primavera de 1945 fue la más esperada, no solo por los ciudadanos de la URSS, sino también por toda Europa. El Ejército Rojo, junto con los aliados, aplastaba con confianza al enemigo, y en marzo los combates ya tenían lugar en el territorio del Tercer Reich: en la patria natal de Hitler, Austria. Entre el 16 de marzo y el 15 de abril, las fuerzas soviético-búlgaras llevaron a cabo con éxito la operación ofensiva estratégica de Viena. Como resultado, las tropas soviéticas derrotaron a las fuerzas principales del grupo ‘Sur’ alemán, eliminaron completamente al enemigo en Hungría, liberaron una parte importante de Checoslovaquia y las partes orientales de Austria con su capital

Soldados soviéticos atacan a cubierto de un blindado de transporte de tropas M3 de fabricación estadounidense en Viena, Austria.Sputnik

El 15 de abril, las tropas soviéticas continuaron la ofensiva en dirección a Graz sin una pausa operativa. Así, comenzó la Operación Graz-Amstetten. El Ejército Rojo liberó múltiples localidades, como Amstetten, Melk, Mautern, Graz, Bruck, Leoben, y el 8 de mayo, en la zona del río Enns, por primera vez en la línea del frente se encontraron tropas soviéticas y estadounidenses. En medio de la ofensiva, el enemigo se retiraba desordenadamente. Al darse cuenta de la inutilidad de seguir resistiendo, los nazis comenzaron a rendirse en masa. Hasta el 12 de mayo las tropas soviéticas recibieron a los rendidos, y a partir del 24 de mayo comenzó la búsqueda de unidades y grupos de nazis dispersos. 

El resultado de la operación fue la completa liberación de Austria de las tropas alemanas y el establecimiento del gobierno provisional, que inició su labor el 27 de abril. En las ciudades y pueblos de Austria Oriental comenzaron a formarse autoridades locales, los partidos políticos y los sindicatos reanudaron sus actividades. Así, los combates en este país contribuyeron a la derrota del grupo ‘E’ alemán en Yugoslavia y la destrucción de los restos del grupo ‘Sur’. Así, las principales fuerzas del Ejército Rojo se concentraron en dirección a Berlín.

Demolición de símbolos nazis en la Viena liberada, mientras los residentes de la capital austriaca dan la bienvenida a las tropas soviéticas, 1945.

Berlín: el hundimiento total de la Alemania nazi

La Operación de Berlín del Ejército Rojo (16 de abril – 8 de mayo de 1945) fue la batalla final de la Gran Guerra Patria. Para el asalto a Berlín los dirigentes soviéticos concentraron enormes fuerzas: se hizo todo lo posible para que cada comandante conociera exactamente su tarea, todos los detalles de la operación se elaboraron en el cuartel general sobre mapas y maquetas.

En la mañana del 16 de abril, las posiciones avanzadas del enemigo fueron literalmente barridas por la artillería y la aviación soviéticas, el imparable ataque de las tropas de choque de la URSS rompió rápidamente la primera franja de defensa enemiga. Pero más adelante, las tropas del 1º Frente Bielorruso de Zhúkov encontraron una seria resistencia en las bien fortificadas Colinas de Seelow, en las afueras de Berlín. Las tropas del 1º Frente Ucraniano se enfrentaron a unidades enemigas más pequeñas. Tras vadear el río Neisse, el mariscal Iván Kónev puso en acción a sus ejércitos de tanques y avanzó rápidamente hacia los suburbios del sudeste de Berlín.

Tropas soviéticas camino a Berlín.Sputnik

Cuanto más se acercaban los grupos de asalto soviéticos al centro de la capital alemana, más feroz se volvía la resistencia. Las batallas se libraban calle a calle, casa por casa. El 30 de abril, los combatientes soviéticos emprendieron un asalto decisivo contra el Reichstag. Se les opusieron más de 1.000 soldados de las SS y de la Wehrmacht. Pero el impulso de los efectivos y comandantes del Ejército Rojo era imparable y, finalmente, la bandera roja fue colocada sobre el edificio. 

El sargento Mijaíl Yegórov, el sargento menor Melitón Kantaria y el teniente Alekséi Bérest colocan la bandera soviética sobre el Reichstag en Berlín, Alemania, 30 de abril de 1945.Vladimir Grebnev / Sputnik

El 2 de mayo, los alemanes solicitaron un alto el fuego en Berlín y el comandante de la defensa de la ciudad, el general Helmuth Weidling, firmó una orden de rendición. Comenzó la rendición masiva de los soldados alemanes y la lucha en Berlín se terminó. La caída de la capital del Tercer Reich significó el hundimiento total de la Alemania de Hitler. En la noche del 8 de mayo se firmó el acta de rendición incondicional de Alemania. En Moscú, que ya era 9 de mayo, fue declarado en la URSS día de celebración nacional: el Día de la Victoria.

Por el valor, heroísmo y alta capacidad militar demostrados durante la operación, 187 formaciones y unidades fueron condecoradas con el título honorífico ‘berlínskie’ (de Berlín), mientras la medalla ‘Por la toma de Berlín’ se concedió a más de un millón de  soldados soviéticos.

Checoslovaquia: el último operativo del Ejército Rojo en Europa

Sin embargo, el último operativo del Ejército Rojo durante la Gran Guerra Patria, fue en Checoslovaquia, cuya liberación se inició en 1944, pero los combates continuaron hasta mayo de 1945. Inicialmente, las fuerzas soviéticas avanzaron constantemente hacia las fronteras checoslovacas y el 8 de mayo de 1944 se firmó un acuerdo que establecía que el territorio a liberar quedaría, en la medida de lo posible, bajo la administración del Gobierno nacional.

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Los alemanes, atemorizados por la creciente resistencia en Eslovaquia, comenzaron a finales de agosto de 1944 a introducir sus unidades ahí. El 8 de septiembre, comenzó la operación de los Cárpatos orientales: la ofensiva de la URSS en las montañas se desarrolló lentamente y con grandes pérdidas. Debido a la feroz resistencia del enemigo, el 28 de octubre las tropas soviéticas, habiendo perdido irremediablemente a unas 21.000 personas, se vieron obligadas a detenerse. El levantamiento eslovaco fue aplastado y los combatientes supervivientes se pasaron a los partisanos.

Checoslovaquia obtuvo su libertad definitiva durante la Operación de Praga (6-11 de mayo de 1945). El Ejército Rojo no solo derrotó y capturó grandes fuerzas enemigas en el centro de Europa, sino que también ayudó al pueblo que se sublevó contra los ocupantes. El 9 de mayo, toda la Praga liberada se echó a la calle para recibir a los militares soviéticos. Las batallas por liberar completamente el país duraron hasta el 11 de mayo y el Ejército Rojo perdió en ellas a unas 140.000 personas. Una parte de los territorios del oeste fue liberada por las tropas estadounidenses.

Habitantes de Praga saludan a los tanquistas soviéticos, Checoslovaquia.Sputnik

Intentos de olvidar a quienes más contribuyeron a la victoria

Los esfuerzos de todos los países y pueblos que lucharon contra el enemigo común condujeron a la victoria. Los combatientes del Gobierno de la Francia Libre, fundado por Charles de Gaulle, no aceptaron la capitulación de París y continuaron la lucha contra los nazis. El Ejército británico defendió su patria de la invasión, luchó contra los alemanes y sus satélites en el Mediterráneo y el norte de África. El Ejército Popular de Liberación griego resistió heroicamente a los ocupantes ítalo-alemanes. Las tropas estadounidenses y británicas liberaron Italia y abrieron el segundo frente. EE.UU. asestó golpes poderosos y aplastantes al agresor en el océano Pacífico. Hay que recordar los colosales sacrificios del pueblo chino y su enorme papel en la derrota de los militaristas japoneses. 

Cómo el fantasma del nazismo marcha por Europa

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Sin embargo, fue la URSS la que sacrificó el mayor número de vidas para liberar al mundo del nazismo. Según datos oficiales, las pérdidas humanas de la URSS en la II Guerra Mundial fueron de 27 millones de personas, lo que representa la cifra más elevada entre los países participantes. En los primeros años de la posguerra, cuando la población de Europa y de otras naciones aún recordaba bien los horrores de la ocupación por el régimen inhumano, el guerrero-liberador soviético era un símbolo de la fuerza decisiva que liberó al Viejo Continente de la barbarie de los nazis. 

Durante la última década, múltiples países occidentales y algunas exrepúblicas soviéticas intentan olvidar la hazaña de todo el pueblo de la URSS y reescribir la historia. Así, se ha desarrollado el proceso generalizado de destrucción de monumentos a los caídos durante la Segunda Guerra Mundial en BulgariaPolonia, la República Checa, así como en los países del Báltico: LituaniaLetonia y Estonia. O, incluso, han retirado tumbas de soldados soviéticos. Entre los recientes ejemplos, se puede citar las exigencias de la Unión Europea para que sus Estados miembros y las naciones candidatas a la adhesión al bloque comunitario se abstengan de participar en los actos conmemorativos de la victoria sobre el nazismo en Rusia. El Ministerio de Exteriores alemán dio instrucciones de no invitar a los representantes oficiales de Rusia y Bielorrusia a los eventos en Berlín y Brandeburgo. La delegación rusa tampoco fue invitada a los actos conmemorativos del 80.º aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz por las tropas soviéticas.

📍 En la avenida de las ciudades heroicas en Kiev, ubicada en el territorio del Museo de la Historia de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial, se desmontaron los nombres de Moscú y Minsk.El museo publicó un video en el que se pueden ver los pedestales vacíos donde anteriormente… pic.twitter.com/ULJHpdCoxv— Sepa Más (@Sepa_mass) December 28, 2024

El apogeo de la guerra contra su propia historia se puede ver en Ucrania, donde ya en el 2015, fue aprobada la llamada ley de «descomunización» que permitió la demolición de monumentos, el desmantelamiento de placas conmemorativas y el cambio de nombre de todos los objetos topográficos cuyos nombres estén asociados a la URSS o Rusia. Al mismo tiempo, se ha desarrollado un culto a colaboradores nazis, sobre todo a Stepán Bandera. Asimismo, múltiples efectivos de las Fuerzas Armadas ucranianas ha sido avistados luciendo simbología nazi en su uniforme, así como la glorificación oficial de colaboradores del Tercer Reich. 

Demuelen en Ucrania uno de los monumentos soviéticos más grandes dedicado a los soldados de la liberación de la amenaza nazi, el monumento se ubicaba en en la carretera Lvov-Ivano-Frankivsk. pic.twitter.com/Cx4jxWt4w0— RT en Español (@ActualidadRT) February 16, 2023

Sin embargo, múltiples países recuerdan a los verdaderos héroes y se oponen al resurgimiento del nazismo. El primer ministro eslovaco, Robert Fico, declaró que su país no «se olvidará de quién los liberó del fascismo», subrayando que irá a Moscú a «presentar respetos a los miles de soldados del Ejército Rojo que murieron en la liberación de Eslovaquia«. El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, anunció que asistirá al desfile militar del Día de la Victoria en Moscú incluso si el cielo cae sobre su cabeza. En la misma línea se pronunció el líder de la República Srpska (Bosnia y Herzegovina), Milorad Dodik.

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