sábado, diciembre 28, 2024
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Éric Toussaint y la “odiosa” deuda Argentina. Por Carlos Aznarez

Éric Toussaint estuvo en Buenos Aires en los momentos previos y durante el tratamiento en el Parlamento de lo que ahora ya es un acuerdo firmado con el FMI. Vino a hablar de por qué no convenía firmar con quienes son la parte beneficiada de un endeudamiento delincuencial del país. Toussaint, nacido en Bélgica, es Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia.

Autor de varios libros sobre dicha temática, participó en varios eventos, de la mano de la Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago de la Deuda, e incluso fue recibido y escuchado por parlamentarios del Frente de Todos. Como buen activista que sabe dónde pararse, participó en la gran movilización de masas realizada en la Plaza del Congreso.

Con Toussaint hablamos de sus razones y convicciones, pero sobre todo pudimos reafirmar que lo que ha hecho este gobierno, sus diputados y senadores será altamente perjudicial para el país.

-¿Qué primera impresión  le causa el hecho de la firma del acuerdo con el  FMI? ¿Por qué no tendría que haberse firmado?

-No había que firmar ese acuerdo con el FMI porque va totalmente contra el interés y la nación del pueblo argentino, es una deuda claramente odiosa.

-¿Por qué se afirma que esta deuda es odiosa?

-Hay dos condiciones para determinar el carácter odioso y nulo desde el punto de vista del derecho internacional, una deuda odiosa es una deuda contratada contra el interés del pueblo.

Por otro lado los acreedores y prestamistas lo sabían o podían saber, estas dos condiciones son plenamente reunidas en ese acuerdo con el FMI, porque es un acuerdo que permite al FMI recibir pagos de Argentina por un crédito anterior que otorgó a Mauricio Macri en 2008. Ese era un crédito en contra del interés de la nación Argentina que servía los intereses politiqueros de Macri apoyados por Donald Trump para tratar de mantenerse en el poder en las elecciones de 2019. También porque ese poder otorgado a Macri fue fugado masivamente por la clase capitalista argentina. Entonces,  ese  nuevo crédito del FMI va  a permitir a Argentina seguir pagando al FMI que otorgó una deuda odiosa a Macri, y por lo tanto, es una nueva deuda odiosa, porque es una deuda contratada para reembolsar otra deuda con la misma definición. Además, sabemos perfectamente que cada 3 meses una misión del FMI va a llegar aquí, a decir: «señores hay que hacer tal cosa para asegurar la sostenibilidad de los reembolsos, un monitoreo 4 veces al año», y sabemos cómo funciona el FMI con este tipo de delegación. Es una deuda odiosa porque no va a beneficiar al pueblo sino al propio FMI y a los tenedores de bonos y de la deuda argentina, que son fondos de inversión como Black Rock. Pero también a las clases capitalistas argentinas que invierten en bonos argentinos que compran en Nueva York.

El segundo criterio de la deuda odiosa son los prestamistas que lo sabían, en este caso es el FMI que dicta en que condiciones otorga el crédito y determina dicha condicionalidad contraria al   pueblo. Todo el mundo reconoce que habrá recortes para poder mantener el pago de esas deudas, por lo tanto, es claro que el gobierno como los parlamentarios que se dicen del lado del pueblo no podían validar tal acuerdo.

Estoy totalmente en contra de esa  política y por eso vine en el momento de las discusiones en el Congreso y de las movilizaciones, estuve en esas protestas porque son importantes y un buen ejemplo para los demás pueblos que resistieron. Como ustedes saben, está el caso de  Ecuador en septiembre/ octubre de 2009 y la victoria de ese pueblo contra el FMI y contra el gobierno de Lenin Moreno. O las movilizaciones en Líbano contra el FMI también en 2019/2020 y podríamos hablar de otros ejemplos porque son numerosas las movilizaciones populares internacionales contra los planes del FMI.

-El gobierno y sus diputados y senadores, en cambio, festejaron que esto haya sido aprobado diciendo que esto es lo mejor que se podía hacer porque sino podríamos entrar en el default. Nos decían que si no se paga “nos aislamos del mundo” y advirtieron la famosa muletilla que se utiliza siempre, la de que “llega el Apocalipsis”…

-Claramente debemos ubicarnos en el no pago de la deuda, incluso el repudio a la deuda porque si estamos convencidos del carácter ilegal e ilegítimo, odioso de la deuda, del crédito que va a otorgar el FMI al gobierno, si estamos convencidos de esto la conclusión es que hay que repudiar, no solamente suspender el pago. Declarar nula de manera soberana con argumentos jurídicos del derecho internacional y del derecho interno argentino para liberarse de esa deuda. Con respectos si tendríamos consecuencias, estas serían el inicio de la recuperación económica de la soberanía Argentina, poder como gobierno y pueblo adoptar una política económica realmente elaborada para satisfacer a las necesidades de los ciudadanos, tanto en medidas estructurales para liberarse del extractivismo, como de justicia social, aumentando los ingresos de las clases sociales populares. Podemos tomar el ejemplo del default de 2001. Gracias al default declarado por Rodriguez Sáa a finales de 2001 Argentina comenzó a recuperarse a nivel económico después de 33 meses de mala gestión económica con De La Rúa, el país tuvo una tasa de crecimiento del 8% mientras no pagaba una deuda de casi 60 mil millones de dólares. Estamos hablando ahora de casi el mismo monto de deuda que habría que denunciar. Porque cuando se decide no pagar la deuda estas ahorrando el dinero que se puede invertir en proyectos sociales, inversiones productivas o aumentar los ingresos que tienen un efecto multiplicador. Las clases populares que ven su ingreso aumentar lo gastan en el mercado interno y eso tiene un efecto multiplicador en término de crecimiento económico. Entonces, ya se demostró en 2002 y 2003. Para mí es escandaloso el discurso dominante de los medios de comunicación que no sacan lecciones de lo que ocurrió después del 2001 cuando estos mismos medios de comunicación ya habían dicho, que con la decisión del default se iba a entrar en un caos económico y no ocurrió.

-De hecho, muchos medios oficialistas sostienen las palabras del ministro de Economía y del propio presidente sobre “que se ha acordado lo menos malo”, y se afirman en la grave situación internacional derivada del conflicto bélico Rusia-Ucrania.

-Es todo lo contrario: en esta oportunidad, con la guerra en Europa y las mismas contradicciones que se dan entre potencias a nivel mundial sería muy difícil de parte de Washington, el FMI y la administración Biden, entrar en otro frente de confrontación. Biden necesita el apoyo de las naciones, en su orientación entonces no buscará más enemigos. Países como Argentina tienen que aprovecharse de esas situación cuando hay crisis internacional, por ejemplo voy a comparar con otra situación en los años 30 cuando hubo la gran crisis económica, hubo  suspensión masiva de pago de deuda internacional. Alemania suspendió los pagos en el 32′, Bélgica, Francia, Gran Bretaña, suspendieron los pagos a EEUU y luego siguieron 12 países de América Latina, incluido Brasil. Todos ellos suspendieron los pagos salvo Argentina.

La conclusión es que los países que suspendieron los pagos se recuperaron mucho mejor a nivel económico en los años 30 e inicios de los 40, y Argentina que siguió dócilmente pagando la deuda, por el bien del imperio Británico,  tuvo que esperar la llegada de Perón después de la Segunda Guerra Mundial para entrar en recuperación de la Soberanía económica. Cuando hay una crisis internacional es una oportunidad, claro, rechazamos la guerra pero al contrario de esa idea que todos los espacios van a cerrarse para Argentina, si se denunciara esa deuda el margen de maniobra para Argentina sería muy grande.

Además hay otro argumento ligado a la situación presente mundial para justificar y decir que no sería el caos la denuncia de la deuda con el FMI, es que los precios de las materias primas aumentan, es decir que el margen de maniobra del gobierno para aumentar los impuestos sobre las corporaciones extranjeras y el gran capital argentino que exporta materia prima, subiendo los ingresos fiscales por concepto de exportación. Con el crédito del FMI ese aumento de ingresos es utilizado para pagar deuda, y las divisas que llegan de las exportaciones van a ser desviadas para pagar a los acreedores. En cambio, si se está en suspensión de pago o en repudio a la deuda, esos ingresos que van a obtener los puedes invertir en el desarrollo económico. Eso ocurrió en Argentina a partir de 2003/2004 cuando aumentaron los precios de las materias exportadas por el país. Hay varios argumentos para justificar a nivel político, ético y moral que si se denuncia la deuda no tendríamos una situación catastrófica para la Argentina, si no todo lo contrario.

-Es notorio que la llegada al gobierno por parte de Alberto y Cristina Fernández despertaron muchas expectativas en amplios sectores de la población, pero al poco tiempo aparecía algo injustificable que fue y es el perdón a Macri y su mafia, que siguieron actuando con impunidad. Eso dio pie a pensar que existía un pacto de gobernabilidad, que ahora con la firma del acuerdo con el Fondo, coloca la guinda de la torta. ¿Qué reflexión le provoca esto de que en nombre del progresismo se termina pactando a la baja con la derecha que saqueó al país?

-El gran problema del progresismo de los 20 últimos años, es la repetición de la contradicción entre afirmar ser parte de un partido de izquierda con voluntad de romper con el neoliberalismo y con el sistema y llegar al gobierno con esa misión, y luego hacer lo contrario. Es decir, pactar con las clases dominantes, los partidos tradicionales etc. Eso no lo hizo Hugo Chávez, él rompió con todo esto, fue muy claro. Sin embargo, tomo otro ejemplo, como es el de Brasil con Lula. Yo acompañé desde su nacimiento al Partido de los Trabajadores, estuve en el primer congreso en San Bernardo y allí la bandera era contra la deuda y el pago, exigiendo un plebiscito popular. Luego, hay que acordarse cuando Lula en 2002 como candidato a la presidencia apoya un acuerdo con el FMI diciendo: «voy a mantener los acuerdos con el Fondo si soy electo presidente de Brasil». Eso fue terrible y colocó a la cabeza del Banco Central de Brasil a alguien de un Banco Norteamericano, el Banco Neón o de Boston, y como ministro de finanzas alguien ligado al modelo neoliberal, es decir esa repetición  provoca luego el voto hacia el candidato populista que se presenta como la ruptura con ese tipo de gestión. Por eso, Bolsonaro o Macri de alguna manera encuentran argumentos para ganar elecciones.

Entonces, la conclusión es que necesitamos gobiernos populares que implementen y respeten sus compromisos. En el caso de Fernández veo que una parte de la mayoría parlamentaria votaron en contra del acuerdo con el FMI, al menos ese sector abre una posibilidad hacia la izquierda. Pretendo ver el aspecto positivo. En lo negativo, el pacto de la derecha y la mayoría presidencial para validar el acuerdo, pero como dije también hay quienes votaron en contra del acuerdo, que sería la izquierda real en ese país que tiene futuro.

-Las feministas y disidencias señalan como consigna que “esta deuda es con nosotras” ¿Tiene una valoración de cómo puede afectar la deuda a las mujeres trabajadoras y campesinas empobrecidas?

-Totalmente de acuerdo con esa fórmula «esta deuda es con nosotras» por supuesto, porque la primeras víctimas son las personas y en general mujeres que se responsabilizan de alimentar, educar curar a sus familiares, y claro esos ajustes que exigen las misiones del FMI afectan y por eso no hay que validar el acuerdo.

Fuente: Telesur

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