Por Ramón Pedregal.
¿Recuerdan aquel 15 de diciembre de 1999? El Comandante Chávez anunció que la Patria requería la participación de todo el pueblo y así comenzó la Historia de la Venezuela sin traidores. Y Nicolás Maduro ha jurado ante los representantes de 125 países, y con la juramentación va una Reforma de la Constitución, la única que ha sido sometida a referéndum en 200 años, y que el pueblo aprobó, con esa Reforma se quiere democratizar la sociedad y el proceder económico que vienen, todo aquello que la Asamblea Nacional emanará en base al programa de las “7 Transformaciones” determinadas por la soberanía, la justicia, la ecología, la prosperidad, haciendo frente a las persecuciones, a las sanciones y a los bloqueos.
Palabras del Presidente tras la juramentación: “Convoco a todos los sectores del país a una gran jornada de diálogo incluyente y unitario, para avanzar en una gran reforma constitucional que actualice los postulados de la Constitución sobre la base de la nueva economía, las bases de la nueva sociedad,, para defender al país de las nuevas amenazas”.
El arte de la tranquilidad en Venezuela es una creación del pueblo, que es el arte de la patria, y los dos, la paz y la patria son el arte del Socialismo del Siglo XXI. Este 10 de enero ha sido el día de la efervescencia política de felicidad, mientras, en contraste, el imperio por boca de su representante amenaza al mundo porque se hunde y quiere agarrarse al cuello de algún panamá, alguna Groenlandia, algún Canadá, y a tantos otros aterrorizado de su ahogo, no sabe nadar. Mientras, en Venezuela se cuida el presente y cada brazada en el mar del mundo en lucha la acerca a la prosperidad.
¿Y qué decir de los medios propagandísticos de las corporaciones imperialistas? En el ahogo de sus amos al ver las celebraciones del pueblo de Venezuela en su 4ª República, celebraciones de la juramentación del Presidente Nicolás Maduro, mientras se iban al fondo con el peso de sus falsas noticias, sus mentiras y sus ocultaciones y censuras de lo sucedido, todos hemos podido ver que su personaje, un delincuente con ficha policial propia de un criminal en serie, y su partenaire, una mujer que psicológicamente tiene un problema de autoconvencimiento de grandeza, algo que la hace aparecer en inventos propagandísticos ridículos para llamar la atención, pues mientras se celebraba popularmente el día grande, esos dos eran borrados de la vida pública. El mejor ejemplo de lo dicho ha sido la convocatoria de Edmundo y Corina, se les nombra como “inmundo, inframundo, submundo, y cortina, cochina, …”, la convocatoria se veía en la calle como una pequeña reunión, un dron sobrevoló transmitiendo el suceso, y apenas unas docenas de personas que parecían más haber ido a mirar sobre lo que podía haber allí, fue presentada en la prensa imperialista falsificando la realidad con las multitudinarias manifestaciones de la celebración del pueblo junto al Presidente Maduro. La contrarevolución dispara con balas que atentan al conocimiento, han agitado diciendo que hay detenciones masivas, que hay muertos, que hay persecución, y nada de eso ha ocurrido, hoy, 10 de enero, solo se ha elaborado la paz con verdadero arte, la independencia con verdadero arte, los planes de futuro próspero con verdadero arte, en todo ello van los mejores deseos del pueblo trabajador.
“Tenemos pueblo, Tenemos patria, tenemos plan” decía el Presidente Maduro por los micrófonos en la gran fiesta. La autosuficiencia ha tomado las calles y las banderas llevan el amor al presente y la propuesta de futuro grande, grande, grande, convocando al “diálogo como la forma más hermosa del espíritu humano”, escuché al Presidente Nicolás, el obrero. En todo lo que ha supuesto la gran fiesta se respiraba la importancia de la formación política, de la formación de conciencia basada en la práctica del pueblo que se ha cruzado el pecho con reproducciones de la banda presidencial, abrazando a los milicianos que daban paso libre al Palacio de Miraflores.
Ha sido el juramento más grande que se conoce por el Socialismo en pleno Siglo XXI.